El gobierno neozelandés ha declarado una epidemia nacional de tosferina, una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, tras registrar más de 260 casos en un corto periodo.
El director de Salud Pública, Nicholas Jones, advirtió sobre un probable aumento en los próximos meses, especialmente entre grupos vulnerables como maoríes, isleños del Pacífico y bebés.
Este brote se suma a una tendencia global preocupante.Hemos visto niveles récord de tosferina en diversos países, incluyendo naciones europeas y latinoamericanas, señaló Jones.
Es posible que esto esté relacionado con las tasas de infección más bajas durante la pandemia de COVID-19, ya que el confinamiento limitó la propagación de enfermedades respiratorias.
A pesar de los altos niveles de inmunización en Nueva Zelanda, la tosferina sigue representando una amenaza significativa para los más pequeños.
Un 50% de los bebés infectados antes del año de edad necesitan hospitalización, explicó Jones. Desafortunadamente, 1 o 2 de cada 100 menores hospitalizados fallecen debido a la infección.
La tosferina comienza con síntomas similares al resfriado común: estornudos, secreción nasal, fiebre leve y tos suave.
Después de dos semanas, la tos se intensifica, caracterizándose por episodios rápidos e intensos seguidos de espasmos o un silbido agudo.
La enfermedad puede ser fatal para recién nacidos, niños y adultos con sistemas inmunitarios debilitados.
El gobierno neozelandés, que implementó una estricta política sanitaria durante la pandemia, ha asegurado que está preparado para enfrentar esta epidemia.
Nuestro enfoque se centrará en aumentar las tasas de vacunación, reforzar la vigilancia epidemiológica y proporcionar apoyo a los grupos más vulnerables, afirmó Jones.