La Municipalidad de Orán ha anunciado la suspensión temporal de la pileta municipal durante la próxima temporada estival.

La decisión se fundamenta en el estado crítico en que se encuentra la infraestructura, producto de una deficiente atención y mantenimiento a lo largo de años.

José Ortega, responsable del área de Legales y Modernización, manifestó a Nuevo Diario que la pileta, con aproximadamente 70 años de antigüedad, requiere un cuidado constante para su correcto funcionamiento.

Si bien en épocas anteriores se llevaron a cabo reparaciones tanto por parte del sector público como privado, la gestión anterior no destinó recursos a esta labor esencial.

No solo dejaron de lado las tareas estéticas, explicó Ortega, sino que también descuidaron las obras estructurales fundamentales para mantener una pileta en óptimas condiciones.

El ingeniero Cuellar, encargado de realizar un relevamiento exhaustivo del estado actual de la infraestructura, estimó una inversión necesaria de 300 mil dólares para su restauración.

La Municipalidad priorizó otras obras debido a la precaria situación financiera que atraviesa la ciudad.

La ausencia de la pileta municipal genera un impacto emocional significativo en la comunidad oranina.

Más allá de su función recreativa y deportiva, el espacio se ha convertido en un punto de encuentro familiar durante los días más calurosos del verano.

Abrir las puertas de la pileta significaría ofrecer a la gente un lugar donde refrescarse, pasar tiempo en familia y disfrutar de momentos de ocio, indicó Ortega.

Ahora tendremos que destinar recursos a otras actividades para brindarles a los vecinos alternativas que permitan ese encuentro familiar y social.