El corazón comercial de Salta aún respira entre las cenizas.Tras un incendio devastador que arrasó con gran parte del Mercado San Miguel la madrugada del miércoles pasado, la comunidad puestera trabaja incansablemente para levantar los escombros y reavivar la esperanza de una pronta reapertura.

Más de 100 puesteros, unidos en cuadrillas, se afanan día y noche, retirando hierros retorcidos y chapas quemadas, dejando al descubierto el panorama desolador que describe Ángel Muratore, vicepresidente de la Fundación San Miguel: Limpio, sin las chapas, el mercado ya se verá de manera distinta.

Va a ser una ardua tarea.Llevará un par de días limpiar todo.

Las llamas se ensañaron con los locales, reduciendo sillas, mostradores y freezers a cenizas, dejando en evidencia la magnitud del desastre.

El fuego se llevó todo, confiesa Cristian, un joven puestero que perdió su negocio de celulares y accesorios, con lágrimas en los ojos relata: Entrar y ver que el fuego se llevó todo es un golpe muy duro.

Su testimonio refleja la profunda angustia que embarga a la comunidad puestera, quienes ven truncos sus sueños y medios de sustento.

A pesar del dolor, predomina una atmósfera de solidaridad y determinación.Los puesteros comparten alimentos, agua y palabras de aliento, demostrando una unión inquebrantable en medio de la tragedia.

Aquí no solo vendemos productos, hemos construido una comunidad.Somos una gran familia, afirma un puestero mientras repartía comida a sus compañeros.

Si bien el administrador del mercado, José Pepe Muratore, aspira abrir las puertas el próximo lunes, la Fiscalía investiga el siniestro y ha solicitado un relevamiento estructural para asegurar la seguridad de los visitantes.

Bomberos también ha advertido sobre un riesgo de derrumbe en la zona más afectada, ubicada frente a la calle Urquiza.

El jefe de Gabinete de la Municipalidad de Salta, Juan Manuel Chalabe, reconoce que la reapertura dependerá del avance de las tareas de limpieza y seguridad.

Estamos viendo los alcances que tuvo este incendio, que fue una verdadera desgracia para los puesteros.

No quiero aventurar ni fechas, ni cómo se va a reabrir, expresa con cautela.
La comunidad municipal trabaja arduamente junto a la familia del mercado para reconstruir el espacio y convertirlo en un nuevo centro comercial atractivo.

La incertidumbre sobre el futuro persiste, pero el espíritu de lucha y resiliencia de los puesteros se mantiene intacto.

No queremos caridad, queremos trabajar, clama Cristian, decidido a levantar su vida desde las ruinas del incendio.