Un nuevo episodio de violencia sacude el Oriente Medio.En un duro golpe para el sur del Líbano, las fuerzas israelíes llevaron a cabo una ofensiva aérea masiva contra objetivos de Hezbolá que dejó al menos 492 personas muertas, incluyendo a 35 niños, según cifras del Ministerio de Salud libanés.

La operación, la más sangrienta en el país en décadas, ha provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas que buscan refugio en albergues temporales instalados por el gobierno.

Este ataque es una tragedia para el Líbano, declaró un portavoz de Naciones Unidas.Las consecuencias humanitarias son devastadoras y llamamos a todas las partes involucradas a cesar la violencia inmediatamente.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, justificó los bombardeos al afirmar que se dirigían exclusivamente a Hezbolá, acusando a la organización chiita de usar a la población civil como escudo humano.

Nuestra guerra no es contra el pueblo libanés, sino contra el terror, enfatizó Netanyahu en un discurso televisado.

La escalada de violencia ha generado temor entre la población libanesa, recordándoles los horrores de su pasado reciente.

Vivimos con miedo constante, dijo una mujer que huyó de su hogar junto a sus hijos.Las sirenas son un recordatorio constante de que nuestra vida puede cambiar en cualquier momento.

La ofensiva israelí se produce en el marco de una escalada regional que comenzó con el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, cuando militantes irrumpieron en una fiesta electrónica al sur del país, matando a cientos de personas y tomando rehenes.

Desde entonces, Israel ha intensificado sus operaciones militares tanto en Gaza como en el Líbano, generando un clima de tensión e incertidumbre en la región.

Neri Zilber, analista de seguridad regional, señala que esta escalada representa una amenaza para la estabilidad del Oriente Medio.

Si no se detiene pronto, podría desencadenar una guerra aún más amplia con implicaciones catastróficas, advirtió.

Hezbolá, un grupo armado respaldado por Irán, ha lanzado misiles contra el norte de Israel en los últimos días, dejando claro que no cesará sus ataques hasta que se detengan las operaciones militares en Gaza.

La situación actual mantiene al mundo con la mirada puesta en Oriente Medio, esperando una solución pacífica a este conflicto que amenaza con desestabilizar aún más una región ya fragilizada.