La iniciativa, que ahora regresa a la Cámara baja para su último análisis, busca asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario y garantizar la calidad de la atención médica.
El proyecto original pretendía establecer un mecanismo para que los efectores de salud recuperaran los costos sanitarios generados por las prestaciones brindadas a pacientes con cobertura social.
Para ello, se proponía utilizar los valores del nomenclador de prestaciones particulares del IPS. Sin embargo, el Senado introdujo cambios significativos al texto original, entre ellos la definición de cómo se calcularán los precios de los medicamentos.
El senador Manuel Pailler, titular de la comisión de Salud, explicó que inicialmente se contemplaba el cobro basado en los precios registrados en la herramienta de consulta Kairos.
Decidimos que el valor de costo sea el de la droguería, puntualizó.
La nueva redacción establece que los medicamentos deberán facturarse conforme a los valores publicados por la droguería al primer día hábil del mes en curso en que se provean, mientras que los insumos y descartables se facturarán según los valores de mercado vigentes en el momento de la prestación.
Este cambio busca generar mayor transparencia en la determinación de precios y evitar potenciales abusos o distorsiones en la facturación.
El proyecto también tiene como objetivo asegurar el financiamiento del sistema de salud público, al tiempo que garantiza la atención oportuna y de calidad a los usuarios.
El ministro de Salud afirmó en recientes declaraciones que la deuda con los hospitales públicos es insostenible y pone en riesgo la continuidad del servicio.