La reversión del Gasoducto Norte, obra inaugurada recientemente con una inversión de US$740 millones, marca un hito en el camino hacia la independencia energética de Argentina.

La iniciativa, financiada en gran parte por el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF), permitirá al país ahorrar entre US$1.500 millones y US$1.960 millones anualmente al reemplazar las importaciones de gas natural y combustibles líquidos como el gasoil y el fuel oil.

Este proyecto no solo implica la redirección del flujo del gas, sino que representa un cambio paradigmático en el panorama energético argentino, declaró un experto en energía, quien prefirió mantener su anonimato.

Argentina está dando un paso crucial hacia la autosuficiencia, reduciendo su dependencia de importaciones y fortaleciendo su posición económica.

La obra, que implica la modificación del sentido del flujo del gasoducto, permitirá el transporte desde Vaca Muerta hasta las provincias del norte argentino, abasteciendo hogares, industrias y abriendo camino al desarrollo de nuevos sectores como la minería de litio.

Este proyecto es fundamental para el desarrollo regional, afirmó una representante del gobierno provincial de Córdoba.

Nos permitirá contar con un suministro energético estable y confiable, impulsando el crecimiento económico y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.

La reversión del Gasoducto Norte implica la construcción de 122 kilómetros de gasoducto adicional, así como la modificación de cuatro plantas compresoras en Córdoba, Santiago del Estero y Salta.

Su capacidad de transporte asciende a 19 millones de metros cúbicos diarios, equivalentes al consumo promedio del norte argentino en invierno.

La producción nacional de gas ha experimentado un crecimiento sin precedentes, gracias a las inversiones en Vaca Muerta, explicó un portavoz de Enarsa Energía Argentina S.A., la compañía estatal que supervisa el proyecto.

Esta obra es una muestra tangible del compromiso del gobierno con la diversificación energética y la reducción de nuestra huella ambiental.

La reversión del Gasoducto Norte no solo representa un avance significativo en el ámbito energético, sino también un hito económico para Argentina.

Al reducir las importaciones de gas, el país logrará importantes ahorros financieros que podrán ser destinados a otros sectores estratégicos.