Al menos cuatro civiles han perdido la vida y más de treinta han resultado heridos tras una serie de ataques perpetrados por las fuerzas rusas contra las provincias ucranianas de Járkov y Sumi.

Estos incidentes, que se enmarcan dentro del conflicto bélico iniciado hace más de dos años, han generado profunda preocupación en la comunidad internacional.

El alcalde de Járkov, Igor Terejov, informó sobre el impacto devastador en el distrito de Kiev, donde al menos quince edificios residenciales fueron alcanzados por los ataques rusos.

Las autoridades confirmaron dos muertes y siete heridos en esta zona. En una declaración pública, el gobernador de la región de Járkov, Oleg Sinegubov, precisó que un área industrial fue también blanco del fuego enemigo, dejando a 28 personas heridas, entre las cuales se encuentran menores de edad.

Por su parte, las autoridades de Sumi reportaron a través de su canal oficial en Telegram que las fuerzas rusas han bombardeado durante el día varias zonas fronterizas y asentamientos en la región, con un saldo de dos víctimas mortales adicionales.

Estos ataques indiscriminados contra civiles son una flagrante violación del derecho internacional humanitario, manifestó un portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano.

La comunidad internacional debe exigir al régimen ruso que ponga fin a esta brutal campaña militar y se responsabilice por los crímenes cometidos.

El ataque a Járkov y Sumi representa un nuevo capítulo en la escalada de violencia en el este de Ucrania, donde las fuerzas rusas han intensificado su ofensiva en las últimas semanas.