La publicación de los precios para el verano en los balnearios de Mar del Plata ha generado un debate sobre la accesibilidad a las playas, uno de los destinos turísticos más populares de Argentina.
Los costos exorbitantes implican una barrera significativa para muchos ciudadanos que buscan disfrutar de las vacaciones familiares.
En La Perla, por ejemplo, alquilar una carpa y sombrilla durante toda la temporada llega a costar 2.900.000 pesos, mientras que en Playa Grande los precios oscilan entre 3.300.000 y 3.600.000 pesos para el mismo período.
En Varese, una carpa completa la temporada asciende a 3 millones de pesos, y una sombrilla a 2.450.000 pesos.
Esta escalada en los precios ha generado preocupación entre la comunidad y expertos del sector turístico.
Los altos costos de las carpas y sombrillas hacen que el acceso al mar sea un privilegio para pocos, señala Daniel González, socio director de una empresa de turismo familiar.
La situación genera una profunda desigualdad social, ya que muchos sectores no pueden acceder a este tipo de servicios, condenándolos a pasar sus vacaciones lejos del disfrute de la playa, agrega González.
El especialista plantea la necesidad de implementar medidas para garantizar un acceso más equitativo al disfrute del espacio público costero.
Aunque los balnearios ofrecen facilidades de pago como cuotas sin interés y descuentos en efectivo, estos mecanismos no logran compensar la magnitud del incremento en los precios.
La realidad es que muchos familias se verán obligadas a sacrificar sus vacaciones en la costa, lamenta una madre de familia entrevistada por este medio.
El panorama económico actual en el país, con alta inflación y poca estabilidad laboral, agrava aún más la situación.
Para muchas familias argentinas, disfrutar del mar durante las vacaciones se ha convertido en un lujo inalcanzable.