La utilización de fitosanitarios en la agricultura moderna es un tema complejo que genera debates acalorados sobre su impacto ambiental y salud humana.
Expertos como Ximena Rojo, ingeniera agrícola y coordinadora regional NOA de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes CASAFE, insisten en que estos productos son herramientas esenciales para la producción alimentaria sustentable.
No existe agricultura si no hay un ambiente favorable, sustentable y sano, afirma Rojo en referencia a la necesidad de conciliar la producción agrícola con la preservación del medio ambiente.
A su juicio, la dicotomía agricultura o ambiente es errónea, ya que ambos elementos son interdependientes.
Rojo destaca el papel central que los fitosanitarios juegan en la agricultura moderna al permitir proteger los cultivos de plagas y enfermedades, asegurando la rentabilidad para los productores.
Explica que estos productos, que incluyen insecticidas, herbicidas y fungicidas, pueden ser de origen natural o biológico, reflejando la evolución hacia prácticas agrícolas más sostenibles.
Muchas veces se habla de los fitosanitarios como sustancias altamente perjudiciales, pero esto se debe a un desconocimiento combinado con el mal uso, señala Rojo.
La experta compara este enfoque con el debate sobre los vehículos, que también pueden ser peligrosos si no se utilizan correctamente, pero no por ello debemos condenar su existencia.
Rojo enfatiza que la utilización de fitosanitarios está regulada por organismos como el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), que exige estudios rigurosos sobre el comportamiento ambiental y la ecotoxicología de los productos antes de autorizar su uso.
La aplicación correcta se indica en las etiquetas, y es responsabilidad del productor o aplicador respetar estas indicaciones para evitar daños ambientales, a la salud humana y al consumidor.
El caso del glifosato ilustra esta compleja realidad.A pesar de ser objeto de campañas contra su utilización, Rojo asegura que este producto ha superado numerosas pruebas científicas y no hay evidencia concluyente que lo vincule con el cáncer.
El Senasa realiza revisiones periódicas para evaluar la seguridad del glifosato y actualizar su autorización de uso.
En Argentina, la producción agrícola depende en gran medida del uso de fitosanitarios.La Cámara CASAFE se dedica a promover un uso responsable y sostenible de estos productos, brindando capacitación a productores y aplicadores sobre las mejores prácticas.
La clave para garantizar una agricultura próspera y ambientalmente responsable radica en el equilibrio entre la necesidad de producir alimentos y la protección del medio ambiente.