En la era digital actual, la conectividad a internet se ha convertido en una necesidad fundamental.
Muchos usuarios enfrentan problemas con la estabilidad y velocidad de su conexión WiFi doméstica.
La sobrecarga de dispositivos conectados, planes de internet obsoletos y obstáculos físicos pueden afectar significativamente la calidad de la señal.
Ante este panorama, una solución simple y efectiva está ganando popularidad: la regla de los 30 centímetros.
Esta técnica poco convencional se centra en la distancia entre los dispositivos y el router WiFi. Aman Bhatti, director de propuesta de Sky Broadband, popularizó esta estrategia al destacar que mantener los dispositivos a una distancia mínima de 30 centímetros del router puede mejorar significativamente la distribución uniforme de la señal, reduciendo interferencias y mejorando la velocidad de conexión.
La mayoría de las personas tienden a usar sus dispositivos cerca del módem, lo que puede provocar una distribución desigual de la señal WiFi, explica Bhatti.
Mantener una distancia mínima de 30 centímetros ayuda a optimizar la señal y a evitar problemas de conectividad.
Esta regla contrasta con las prácticas habituales, donde la mayoría de los usuarios utilizan sus dispositivos a una distancia considerable del router.
Implementar esta sencilla medida puede tener un impacto significativo en el rendimiento de la conexión a internet.
De la regla de los 30 centímetros, existen otras prácticas que pueden contribuir a mejorar la calidad de la WiFi doméstica:
Utilizar la banda de frecuencia de 5 GHz: Esta banda ofrece mayor velocidad y capacidad, aunque su alcance es menor que la banda de 2,4 GHz.
Eliminar dispositivos innecesarios de la red: Cada dispositivo conectado consume ancho de banda.
Desconectar los dispositivos no utilizados puede liberar recursos para mejorar el rendimiento general.
Ajustar las antenas del router: La orientación correcta de las antenas puede mejorar la cobertura y la señal en áreas específicas.
Actualizar el plan de internet o el módem: Planes de internet obsoletos pueden resultar inadecuados para las necesidades actuales.
Actualizar a un plan más potente puede resolver problemas de velocidad y estabilidad.
La mejora de la conexión WiFi doméstica no solo afecta al rendimiento online, sino que también impacta en la calidad de vida de los usuarios.
Una conexión estable y rápida permite disfrutar plenamente de las ventajas del mundo digital, desde la comunicación instantánea hasta el acceso a contenido multimedia sin interrupciones.