El sueño de la casa propia se ha convertido en una pesadilla para miles de familias salteñas que optaron por créditos UVA, un programa hipotecario que prometía acceso a vivienda con actualizaciones basadas en el Índice de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA).
La realidad es otra: cuotas imposibles de afrontar y capitales adeudados que se disparan exponencialmente.
En los últimos cinco años, las cuotas de créditos UVA se han incrementado un promedio del 4354%, mientras que la inflación acumulada en el mismo período ha sido del 3241%.
Fernando, un vecino de Villa Soledad, relata su experiencia: Mi familia y yo nos vimos obligados a buscar una solución para acceder a una vivienda propia.
En el IPV nos orientaron hacia el Banco Nación, donde obtuvimos un crédito UVA con una cuota inicial de 5325 pesos.
Hoy, la misma cuota se ha disparado hasta los 208.890 pesos, convirtiéndose en una carga insostenible para sus ingresos, que consisten en una pensión no contributiva, una jubilación mínima y las ventas puerta a puerta de ropa que realiza Fernando.
Su capital adeudado, que hace solo 18 meses era de 680.000 pesos, se ha disparado hasta los 37 millones.
La situación de Fernando refleja la realidad de miles de familias salteñas que se enfrentan al desgarramiento entre el sueño de la casa propia y la crueldad del sistema financiero.
El Banco Nación, uno de los principales emisores de créditos UVA, presenta las tasas de interés más elevadas del mercado.
En contraste con el programa UVA, existe otra herramienta financiera oficial, el coeficiente Casa Propia, que ajusta las cuotas en base a la evolución de los salarios.
Este sistema, implementado desde 2020, ofrece una alternativa mucho más estable y predecible para acceder a vivienda propia.
Expertos del sector financiero coinciden en que la fórmula del índice UVA se ha convertido en un mecanismo descontrolado que genera una situación insostenible para muchos hogares.
La actualización diaria del índice UVA sin un control efectivo de las tasas de interés crea una espiral inflacionaria que afecta directamente al poder adquisitivo de los ciudadanos, afirma un analista financiero con amplia experiencia en el mercado inmobiliario.
Las familias afectadas exigen urgentemente la intervención del Congreso y las cámaras legislativas provinciales para evitar un aluvión de ejecuciones hipotecarias y desalojos.
La situación representa un grave problema social que afecta a miles de hogares, dejando atrás el sueño de una vivienda propia y sumergiendo a sus habitantes en la angustia e incertidumbre.