Bill Gates, cofundador de Microsoft y reconocido visionario tecnológico, ha pronosticado durante años la llegada de la era robótica al mundo laboral.
Sus predicciones, consideradas por muchos como profecías, se están cumpliendo a pasos agigantados.
Empresas como Tesla, bajo el liderazgo de Elon Musk, y Figure AI, están dando forma a este nuevo panorama con el desarrollo de robots humanoides cada vez más sofisticados.
Es menos probable que los robots nos reemplacen en los trabajos que amamos y más probable que hagan trabajos que la gente no quiere hacer, afirmó Gates en una ocasión.
La idea central es automatizar tareas repetitivas y peligrosas, liberando a los trabajadores para que se enfoquen en labores más creativas e intelectuales.
Figure AI ha lanzado recientemente su prototipo Figure 01, un robot humanoide diseñado para colaborar con los humanos en la fuerza laboral.
Su objetivo es aumentar la productividad, abordar la escasez de mano de obra y reducir el riesgo de accidentes laborales.
Con el primer humanoide a nuestro lado en la fuerza laboral, tendremos la capacidad de crear y producir mucho más, afirma la empresa.
Tesla, por su parte, está desarrollando Optimus, un robot humanoide destinado a automatizar tareas domésticas y manufacturadas.
Musk ha expresado su confianza en que Optimus tendrá un impacto significativo en la sociedad, al igual que los autos eléctricos de Tesla han revolucionado el transporte.
La inversión de Nvidia en la creación de robots que puedan asistir a los empleados en tareas físicas como levantar objetos pesados o transportar materiales también ilustra el creciente interés por la automatización del sector laboral.
Si bien estas nuevas tecnologías prometen eficiencia y mejoras en las condiciones laborales, también generan interrogantes sobre su impacto social.
Algunos expertos advierten sobre la posibilidad de un aumento del desempleo y la necesidad de recapacitar a la fuerza laboral para adaptarse a este nuevo escenario.
Es esencial que los gobiernos y empresas trabajen juntos para garantizar una transición justa hacia la era robótica, afirma un economista especializado en automatización.
Debemos invertir en educación y capacitación para que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos.
La llegada de la era robótica plantea un desafío crucial para el futuro del trabajo.La clave reside en aprovechar las ventajas de esta tecnología sin descuidar el bienestar humano y la equidad social.