El sistema educativo provincial se enfrenta a una profunda crisis, marcada por la precariedad y el abandono de numerosas escuelas en todo el territorio salteño.

Más allá de las imágenes que circulan ocasionalmente en los medios de comunicación, la realidad es que miles de niños y niñas asisten diariamente a instituciones con graves deficiencias estructurales, un panorama que se ha agravado en el presente ciclo lectivo debido a la falta de recursos por parte del gobierno nacional.

Con una matrícula superior a las 470 mil almas distribuidas en 2.322 escuelas, tanto públicas como privadas, Salta enfrenta un desafío monumental: garantizar la educación digna y segura para toda su población infantil y juvenil.

La realidad cotidiana se aleja de esta idealización.La falta de inversión en infraestructura educativa ha generado una situación insostenible que pone en riesgo no solo la salud física de los estudiantes, sino también su desarrollo integral.

Casos emblemáticos ilustran la magnitud del problema:

La Medialuna (departamento San Martín): La escuela 4757 Alberto Tito Vera, ubicada en un paraje remoto cerca del río Bermejo, lleva más de dos meses sin acceso a agua potable.

Esta situación ha obligado a suspender el servicio de comida y ha generado una profunda preocupación entre la comunidad educativa, especialmente considerando que se trata de una zona con declarada emergencia alimentaria.

La solución propuesta por autoridades locales, la reparación de filtros de un sistema defectuoso, no ha logrado satisfacer las necesidades básicas de la escuela.

Coronel Juan Solá Estación Morillo: En la escuela 4229 Tambor de Tacuarí, familias originarias del pueblo wichi se han visto obligadas a tomar el edificio por 15 días consecutivas para exigir mejoras edilicias.

La comunidad reclama la construcción de una cocina, la reparación de techos afectados por murciélagos y la solución de problemas en los pozos ciegos.

El Saladillo (departamento La Poma): A pesar de la inauguración reciente de un albergue para estudiantes, la escuela 4463 enfrenta una nueva problemática: el sistema eléctrico no funciona debido a la falla de paneles solares que se quemaron.

La falta de luz ha generado condiciones precarias para los alumnos que deben cenar y estudiar a la luz de velas, poniendo en riesgo su seguridad.

La Silleta (departamento La Poma): La escuela N 4.631 Virrey Francisco de Toledo permanece inconclusa desde hace dos años, con obras paralizadas a pesar de los compromisos del gobierno nacional.

Las familias se encuentran obligadas a utilizar espacios precarios para las clases, como el colegio secundario y un predio religioso, lo que afecta la calidad educativa y el bienestar de los estudiantes.

Las consecuencias de esta situación son profundas:

Riesgos para la salud: La falta de mantenimiento e higiene en las escuelas puede generar problemas de salud entre estudiantes y docentes.

Impacto negativo en el aprendizaje: El ambiente inadecuado afecta la concentración, motivación e incluso la seguridad de los niños y niñas, perjudicando su desempeño académico.

Desigualdad educativa: Las comunidades más vulnerables, como las rurales o con bajos recursos, son las que enfrentan mayores dificultades para acceder a una educación digna y segura.

Protesta social: La indignación de las familias ante la negligencia del Estado se manifiesta en protestas y reclamos públicos.

Es necesario un compromiso urgente por parte de las autoridades provinciales y nacionales para abordar este problema.

Se requieren inversiones significativas en infraestructura educativa, políticas públicas que garanticen la construcción de nuevas escuelas y la rehabilitación de las existentes, y una mayor participación ciudadana en el diseño e implementación de soluciones sostenibles.

La educación es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todas y todos los niños y niñas, sin importar su ubicación geográfica o situación socioeconómica.