Un reciente bulo ha circulado por redes sociales acusando a un convento benedictino de Erie, Pensilvania, de registrar a 53 votantes inexistentes.

El grupo conservador PA Chase, que se dedica a la captación de votantes para el Partido Republicano, fue el responsable de difundir esta información falsa.

Su fundador, Cliff Maloney, publicó en la plataforma X (antes Twitter) tanto la dirección del convento como una lista de los supuestos votantes ficticios.

Este alegato ha sido desmentido por periodistas e investigadores que han comprobado la veracidad de las identidades registradas.

La periodista Jacqueline Sweet, tras analizar la información proporcionada por Maloney, contactó con una de las monjas del convento, la hermana Anne McCarthy, quien confirmó que en el lugar habitan alrededor de 60 hermanas.

Al comparar los nombres de las supuestas votantes inexistentes con los listados oficiales del convento, se constató que coinciden exactamente con las monjas residentes.

Este incidente ha generado una fuerte polémica, destacando la importancia de verificar la información antes de difundirla, especialmente en el contexto electoral donde la desinformación puede tener un impacto significativo.

Es crucial combatir la propagación de bulos y noticias falsas, ya que erosionan la confianza pública en las instituciones democráticas, declaró un experto en comunicación política.

El caso del convento benedictino de Erie sirve como una advertencia sobre la facilidad con la que se puede manipular información online y cómo esto puede afectar el proceso electoral.

La verificación de fuentes y la crítica responsable ante la información recibida son fundamentales para evitar caer víctimas de este tipo de engaños.