Un sorprendente fenómeno astronómico ha captado la atención del público en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan en China.
Medios locales reportan la aparición de siete círculos luminosos que parecían solitarios astros en el cielo, generando una ola de asombro y especulaciones entre los ciudadanos.
Aunque el aspecto del evento pueda evocar imágenes de un espectáculo sobrenatural, expertos en astronomía aclaran que se trata de un fenómeno natural conocido como parhelio.
Este fenómeno ocurre cuando las nubes están compuestas por pequeños cristales de hielo que actúan como prismas, refractando y dispersando la luz solar.
La interacción de la luz con estos cristales crea imágenes adicionales del Sol, a menudo creando un efecto de múltiples soles en el cielo.
El parhelio es una ilusión óptica causada por la luz solar reflejada en los cristales de hielo presentes en las nubes, explica la Asociación Astronómica de Cantabria.
La cantidad y disposición de estos cristales determinan la forma y el número de imágenes solares que se pueden observar.
Para que un parhelio se produzca, se requieren condiciones atmosféricas específicas. El Sol debe estar a un ángulo bajo, preferiblemente durante el amanecer o el atardecer.
Las nubes deben ser cirriformes, es decir, altas y blancas, compuestas por cristales de hielo muy dispersos.
La temperatura atmosférica debe ser baja para que estos cristales se formen.
Este fenómeno es impredecible y efímero.
La combinación precisa de factores puede resultar en una experiencia única e inolvidable para quienes lo presencian.
Curiosamente, el parhelio ha sido registrado por artistas a lo largo de la historia.Un ejemplo notable es el cuadro Vädersolstavlan (Panel solar meteorológico), pintado en Suecia en el siglo XVI y que representa un evento similar al observado en Chengdu.
El nombre del cuadro sugiere que este fenómeno meteorológico era considerado importante para los habitantes de la época, posiblemente como una señal o indicio del tiempo futuro.
La aparición de siete soles en el cielo de Chengdu ha recordado a muchos la fascinación humana por los fenómenos astronómicos y su capacidad para inspirar asombro y misterio.
Mientras los científicos continúan estudiando este fenómeno natural, el recuerdo de este espectáculo celestial permanecerá como un testimonio de la belleza e imprevisibilidad del cosmos.