204 talentos jóvenes provenientes de todo el país se darán cita en el Centro de Convenciones para demostrar su maestría en robótica educativa.
Esta competición internacional, que reúne a niños y adolescentes entre 8 y 19 años, trasciende lo deportivo al convertirse en una plataforma para explorar los límites del ingenio tecnológico y la innovación.
La WRO no es solo un evento competitivo, sino una oportunidad única para estimular la creatividad, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico, destaca Cecilia Budeguer, coordinadora pedagógica de IITA, institución que participará con alumnos destacados.
Es una experiencia invaluable que les permitirá a los jóvenes explorar las posibilidades del futuro.
Los participantes se enfrentarán a retos diseñados para abordar temas cruciales como la sostenibilidad, la energía renovable y la inteligencia artificial.
Cada equipo, compuesto por dos o tres estudiantes, deberá diseñar, construir y programar robots capaces de superar desafíos únicos que pondrán a prueba sus habilidades técnicas y su capacidad de resolución de problemas.
Los chicos se enfrentan a retos que les obligan a pensar en soluciones innovadoras para problemas del mundo real, explica un experto en robótica educativa.
Esto no solo fomenta el desarrollo de habilidades STEM, sino que también les enseña a aplicar el conocimiento teórico a la práctica y a trabajar colaborativamente.
El evento congregará a delegaciones de Jujuy, Misiones, Tucumán, Córdoba, San Luis, Mendoza, Buenos Aires y la provincia anfitriona.
Los equipos salteños provenientes de instituciones como IITA Salta, Colegio Belgrano y Fundación Lógica representan una muestra del talento robótico local.
La emoción y el nerviosismo se palpan en el ambiente mientras los jóvenes afinan los últimos detalles de sus robots.
La competencia promete ser vibrante y emocionante, con la expectativa puesta en la selección final que representará a Argentina en las Olimpíadas Mundiales de Robótica en Turquía.
Para los 204 talentos reunidos en Salta, esta oportunidad representa el sueño dorado: competir a nivel mundial y compartir su pasión por la robótica con jóvenes de diferentes culturas.