El panorama socioeconómico argentino se ve marcado por un preocupante incremento en los índices de pobreza e indigencia durante el primer semestre del año.

Las cifras oficiales revelan que la pobreza alcanzó al 52,9% de la población, mientras que la indigencia escaló al 18,1%.

Estos números representan un salto significativo respecto a las mediciones previas y reflejan la compleja situación económica que atraviesa el país.

El aumento en los niveles de pobreza se atribuye a diversos factores, entre ellos el impacto del fogonazo inflacionario experimentado durante los primeros meses del año, la falta de recomposición del poder adquisitivo de los hogares, la eliminación de programas sociales y la pérdida de empleos.

Esta situación es alarmante, afirma Juan Pérez, economista especializado en temas de pobreza.El incremento en el costo de vida, especialmente de los alimentos básicos, ha golpeado con fuerza a las familias más vulnerables, profundizando aún más la desigualdad social.

Las cifras también revelan una disparidad significativa entre diferentes grupos demográficos.Los menores de 14 años son los más afectados por la pobreza, alcanzando un nivel del 58,4%.

En el grupo de edad comprendido entre 15 y 29 años, la cifra se ubica en el 47%, mientras que para los mayores de 65 años es del 17,6%.

Las familias con niños pequeños son las más vulnerables a la pobreza, explica Gabriela Rodríguez, directora del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.

La pérdida de ingresos y la falta de acceso a servicios básicos como la educación y la salud tienen un impacto profundo en el desarrollo integral de los menores.

El panorama económico actual genera incertidumbre sobre el futuro cercano.Los expertos advierten que es probable que la pobreza continúe aumentando en los próximos meses, a menos que se implementen medidas contundentes para abordar las causas estructurales del problema.

Es fundamental que el gobierno implemente políticas públicas dirigidas a generar empleo, fortalecer los programas de asistencia social y controlar la inflación, señala Pérez.

La situación actual exige una respuesta urgente y coordinada por parte del Estado y la sociedad civil.

Es necesario trabajar en conjunto para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a oportunidades dignas y puedan superar la pobreza.