Cientos de devotos provenientes de diversos puntos de la provincia iniciaron sus peregrinaciones hacia la Catedral Basílica de Salta, en espera de las festividades centrales y la procesión del Señor y la Virgen del Milagro.
Las calles se llenaron de fervor religioso a medida que grupos provenientes de Molinos, Seclantás y Coronel Moldes culminaron su viaje con un año más de promesas cumplidas ante las sagradas imágenes.
Macario Chocobar, peregrino proveniente de Molinos, relató que este es el quinto año consecutivo que realiza la peregrinación a pie.
Fue muy cansador, estos últimos tres días hubo mucho sol, pero lo importante es que llegamos, expresó con satisfacción.
Chocobar destacó que esta edición se caracterizó por la participación de un mayor número de jóvenes.
Hacemos ese trabajo de invitar a nuestros amigos y a la gente de Molinos, y por suerte reciben bien la invitación y muchos se suman, explicó.
Los nuevos peregrinos, según Chocobar, quedaron conmovidos al llegar a la Catedral: Se quedaron sin palabras cuando llegaron, todos emocionados y con una sensación que les quedó en el corazón.
Matias, un joven de Seclantás, emprendió su peregrinación por primera vez en bicicleta.Salimos ayer a las cuatro de la madrugada, retomamos camino esta mañana y por suerte llegamos todos bien, contó.
Matias, quien durante tres años había realizado la peregrinación a pie, decidió esta vez optar por la bicicleta.
Es inexplicable lo que se siente llegar, te da una energía especial, salís renovado y se te va el peso que traías cargado, describió con emoción.
Karina, otra joven que se unió a la peregrinación en bicicleta desde Coronel Moldes, compartió su experiencia: Vinimos junto a un grupo de amigos bikers, con los que siempre salimos a andar en bici y nos propusimos venir a la Catedral.
Karina explicó que motivada por la fe, buscaba la intercesión de los Santos Patronos para diversos deseos: vengo a pedirle por la salud, el trabajo, que haya más unión en la comunidad y pido por los abuelos y los niños.
La peregrinación es una experiencia profundamente humana que trasciende la mera devoción religiosa.
Para muchos peregrinos, representa un viaje de fe, sacrificio, esperanza y conexión con su comunidad.
Las historias de Macario, Matias, Karina y Cristian demuestran la fuerza del espíritu humano y la profunda necesidad de encontrar consuelo y significado en momentos difíciles.