La reciente celebración del Milagro, un evento religioso de gran relevancia para Salta y Argentina, dejó un profundo impacto económico en la ciudad.
Con una afluencia masiva de peregrinos y turistas, el acontecimiento superó las expectativas generando una recaudación que se estima en más de 1.500 millones de pesos.
Durante los días del Triduo, del 6 al 15 de septiembre, Salta recibió a un promedio de 8.000 visitantes, quienes participaron activamente en las diversas actividades religiosas y culturales que se desarrollaron.
La Catedral se convirtió en un punto focal de peregrinación, mientras que la procesión de penitencia y el concierto tradicional de campanas resonaron por toda la ciudad, generando una atmósfera única de fervor religioso.
El impacto no solo se sintió en el ámbito espiritual, sino también en el sector turístico.La ocupación hotelera alcanzó un promedio del 66%, llegando al 76% en el sábado, con un pico máximo durante los días del Triduo, cuando se registraron 8.395 visitantes.
El Milagro es mucho más que una festividad religiosa; es un motor económico fundamental para Salta, afirma el director del Ente de Turismo Municipal, quien destaca la importancia de este evento para la ciudad.
La afluencia de turistas durante estos días genera un impacto positivo en todos los sectores económicos locales.
De las actividades religiosas, la Feria del Milagro, instalada en el Parque San Martín, fue otro éxito rotundo.
Más de 700 comerciantes ofrecieron una amplia variedad de productos a miles de salteños y visitantes, consolidándose como una de las principales atracciones durante la celebración.
Previo al evento, la Municipalidad implementó El Camino del Milagro, una iniciativa que incluyó señaléticas para facilitar el acceso a los puntos clave de peregrinación.
Esta medida no solo contribuyó a un mejor flujo de peregrinos durante la festividad, sino que se mantendrá activa durante todo el año, fortaleciendo la infraestructura turística y preparándose para futuras oleadas de visitantes.
El impacto del Milagro en Salta trasciende lo puramente económico, dejando una huella imborrable en el tejido social y cultural de la ciudad.
La devoción que impregna cada celebración, el fervor popular y el espíritu comunitario que se respira durante estos días son elementos invaluables que contribuyen a la identidad única de Salta.