Un fenómeno geológico sin precedentes ha dejado perplejos a los expertos: un megatsunami originado en Groenlandia y detectado por su inusual resonancia sísmica durante nueve días consecutivos.

Tras semanas de incertidumbre, un equipo internacional de científicos ha desvelado la causa de este evento singular.

El estudio, publicado en la revista científica Science, revela que el origen del megatsunami reside en un deslizamiento de tierra masivo en el Fiordo Dickson, una región remota de Groenlandia.

La avalancha de roca y hielo, estimada en 25 millones de metros cúbicos, impactó contra el glaciar, generando olas colosales que alcanzaron hasta 200 metros de altura.

El tsunami resonó dentro del estrecho valle del fiordo, rebotando entre sus paredes como el eco de un gigantesco instrumento musical, explica uno de los investigadores principales del estudio.

La peculiar forma del fiordo, con un giro brusco cerca de su boca y una presa glacial al final, impidió que la energía del tsunami se disipara, permitiendo que las olas, de hasta 7 metros de altura, se reflejaran durante nueve días consecutivos.

Este fenómeno, conocido como seiche, transformó el fiordo en un resonador natural, generando las ondas sísmicas que alertaron a la comunidad científica.

La uniformidad y la prolongación de las ondas eran inusuales, relata otro experto.Al principio pensamos en erupciones volcánicas, pero la duración de días en lugar de horas nos llevó por otros caminos.

Finalmente, una combinación de datos sísmicos, imágenes satelitales y simulaciones por ordenador permitió identificar al Fiordo Dickson como el epicentro del megatsunami.

Este evento también pone de manifiesto las consecuencias del cambio climático.La investigación apunta que el glaciar que alimentaba el fiordo se había adelgazado considerablemente en los últimos años, debilitando las paredes del valle y contribuyendo al colapso.

Es un recordatorio urgente de la necesidad de monitorear las regiones remotas del planeta donde estos desastres naturales pueden ocurrir sin previo aviso, advierte un especialista.

A pesar de que no hubo víctimas humanas, se estima que más de 200.000 dólares en infraestructura fueron destruidos en una estación de investigación cerca del fiordo afectado.

Este megatsunami resonante sirve como un potente recordatorio de la poderosa fuerza de la naturaleza y la necesidad de comprender mejor los procesos geológicos para prevenir futuras tragedias.