El ex presidente Mauricio Macri ve crecer su influencia en el ámbito energético argentino con el reciente nombramiento de Mario Ricardo Thiem como subsecretario de Desarrollo Minero.
Thiem, abogado y ex director de la estatal Enarsa durante la administración macrista, asumirá funciones bajo la directriz del también ex funcionario macrista Luis Caputo.
Este movimiento ha sido interpretado por analistas políticos como una señal clara del fortalecimiento de las relaciones entre Macri y el presidente Javier Milei, quien había recibido insistentes solicitudes del fundador del PRO para mayor participación en el sector minero.
El Boletín Oficial oficializó el nombramiento, donde se detalla que Thiem estará a cargo del diseño e implementación de estrategias que fomenten la inversión minera, además de coordinar la relación con inversores, empresas mineras y organismos internacionales en temas relacionados al sector.
Este nombramiento no está exento de polémica.Thiem fue objeto de una investigación judicial en 2022 por presunta venta a precio inferior del valor real de las centrales termoeléctricas Brigadier López y Ensenada de Barragán durante el periodo comprendido entre 2017 y 2019.
A pesar de haber sido embargado junto con otros funcionarios del gobierno macrista, Thiem fue posteriormente sobreseído por falta de mérito.
A raíz de este nombramiento, expertos en política económica expresan su preocupación ante la concentración de poder en manos de figuras con un pasado cuestionado en el sector energético.
Es preocupante que se otorguen cargos de responsabilidad a personas con antecedentes judiciales y sin una trayectoria probada en el ámbito minero, señala un analista del Centro de Estudios Económicos (CEE).
Esto genera incertidumbre en el mercado y podría afectar negativamente la inversión extranjera, agrega.
La oposición política ha condenado la decisión, criticando la falta de transparencia y el presunto interés personal detrás del nombramiento.
Por su parte, el gobierno defiende la capacidad profesional de Thiem y asegura que se trata de una decisión basada en criterios técnicos.
La tensión entre las diferentes fuerzas políticas se palpa en este caso, que pone al descubierto las profundas divisiones existentes en la sociedad argentina.