La llegada de miles de peregrinos al norte argentino durante la celebración del Milagro trae consigo un desafío particular: la seguridad de los perros que, atraídos por la multitud o perdidos entre la gente, pueden convertirse en víctimas de la caótica jornada.

Ante esta realidad, grupos como Triple A se han encargado de implementar una estrategia innovadora para proteger a estos animales: colocarles cintas de colores identificativas con números telefónicos de contacto.

Emilia Palacios, miembro activa de Triple A, describe con pasión el trabajo que realizan año tras año: La experiencia es positiva y enriquecedora, pero la situación es crítica porque muchos perros se pierden.

Sin una rápida intervención pueden perderse para siempre y no regresar a sus hogares.

Cada localidad tiene un código de color asignado a los perros: Cerrillos y Coronel Moldes (naranja), La Merced (rosa), El Carril (amarillo) y Chicoana (celeste).

Esta codificación, combinada con el número de teléfono de los protectores correspondientes, facilita la identificación y el regreso del animal a su familia en caso de extravío.

La labor no se limita únicamente a la colocación de las cintas.Pedimos encarecidamente a quienes peregrinan que dejen a sus perros en casa, asegurándolos en un lugar seguro, recalca Palacios.

La organización también solicita a los vecinos que colaboren evitando retirar las cintas de los animales, ya que esta identificación es vital para su rescate.

La campaña solidaria Hagamos un Milagro se ha convertido en un pilar fundamental para financiar este proyecto.

Durante ocho años consecutivos, ha movilizado a la comunidad para recaudar fondos destinados a cubrir los gastos asociados al trabajo de protección animal durante las peregrinaciones.

Más allá del aspecto económico, la organización hace un llamado especial a la ciudadanía para garantizar la seguridad de los animales durante este evento religioso.