La iniciativa, impulsada por la Coordinación General del Ministerio de Infraestructura, ha transformado la vida de estas poblaciones, brindándoles un servicio fundamental para su bienestar.

El proyecto incluyó la construcción de tres pozos profundos, torres de almacenamiento y tanques que permiten distribuir el agua a las 186 viviendas beneficiadas.

Se instalaron 9.768 metros de cañería principal y 4.535 metros de cañería para conexiones domiciliarias.

Este trabajo forma parte del compromiso del gobernador Gustavo Sáenz con la equidad social y busca garantizar el acceso a servicios básicos para todos los habitantes de la provincia, especialmente para las comunidades más vulnerables, explicó Daniel Soria, titular de la Coordinación General del Ministerio de Infraestructura.

La implementación de este programa no solo representa un avance significativo en materia sanitaria, sino también un hito en la lucha por la justicia social y el reconocimiento de los derechos fundamentales de las comunidades indígenas y criollas.

El acceso a agua potable contribuye directamente a mejorar la calidad de vida, reducir enfermedades y promover el desarrollo sostenible de estas poblaciones.

Para nosotros es un cambio radical.Antes teníamos que viajar largas distancias para buscar agua, lo cual era agotador y peligroso, especialmente para las mujeres y los niños, señaló una integrante de la comunidad Mecle, una de las beneficiadas por el programa.

Ahora podemos tener agua limpia en nuestras casas y eso nos permite concentrarnos en otras actividades importantes como la agricultura y la educación.

La iniciativa del Atlas de Santa Victoria Este se convierte en un modelo a seguir para otras regiones del país que aún enfrentan desafíos en materia de acceso al agua potable para sus comunidades indígenas y criollas.