La medida busca poner fin a la séptima jornada consecutiva de paro que paralizó la actividad en este crucial sector económico.

El secretario gremial del SOEA, Martín Morales, expresó su disposición a acatar la resolución del gobierno y afirmó que los trabajadores están ansiosos por regresar al trabajo.

Estamos en cada portón de todas las empresas, declaró Morales.No vemos inconvenientes para reiniciar el diálogo.

Lo que vemos es que no hay voluntad de lograr un acuerdo.
El paro, iniciado el martes 7 de agosto, se originó debido a la falta de consenso sobre los salarios entre los gremios y la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA).

Los trabajadores exigen una recomposición salarial del 25% para compensar la inflación, mientras que las empresas ofrecen un 12%, argumentando que este porcentaje ya supera la inflación estimada para el próximo mes.

El problema no es el salario de los trabajadores, sino que las empresas no pueden salir a decir que pierden US$50 millones por día cuando la solución al conflicto equivale al 1% de ese dinero, señaló Morales en una entrevista con Radio 2 de Rosario.

La CIARA ha insistido en que su oferta salarial ya supera la inflación y que el paro está afectando negativamente a trabajadores y a la economía del país.

La medida de fuerza implicó un segundo día de descuento para todos los trabajadores que quieren trabajar pero que se ven imposibilitados de ir a las plantas, a las fábricas y a las terminales al igual que se afecta severamente el derecho al trabajo de miles de transportistas, declararon desde la CIARA.

La conciliación obligatoria abre un espacio para el diálogo y la búsqueda de una solución que satisfaga las necesidades de ambas partes.

El resultado del proceso dependerá en gran medida de la voluntad de negociación y la capacidad de encontrar un punto intermedio que garantice la estabilidad laboral y económica del sector aceitero argentino.