Más allá del dolor intenso y recurrente, la migraña representa un desafío considerable para la salud física y mental de millones de personas en España y alrededor del mundo.

Se estima que afecta a una décima parte de la población mundial, con un impacto particularmente significativo en los jóvenes adultos en edad laboral.

La doctora Pilar Alcántara, neuróloga del Hospital Universitario de Torrejón, describe los síntomas característicos de la migraña como un dolor de cabeza unilateral pulsátil o palpitante, que se intensifica con los movimientos cefálicos y suele acompañarse de náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y sonidos, mareo, visión borrosa, dificultad para concentrarse e hipersensibilidad en el cuero cabelludo.

La migraña no es sólo un dolor de cabeza; es la segunda causa de incapacidad, destaca la doctora Alcántara, enfatizando su impacto en la calidad de vida de los pacientes.

La falta de comprensión por parte de la sociedad, junto con la carencia de apoyo legislativo adecuado, agudizan la situación, generando una sensación de aislamiento y estigma para quienes sufren esta condición.

El Dr. José Ramón Lorenzo, jefe de Neurología del hospital Ribera Povisa, profundiza en las causas subyacentes a la migraña, señalando que se cree que surge por la activación de diversos núcleos hipotalámicos o zonas en el cerebro tronco cerebral, desencadenando un fenómeno bioeléctrico llamado Cortical Spreading Depolarization.

Este proceso es responsable, en parte, de los síntomas asociados a la migraña.

La doctora Alcántara destaca los avances en neurociencia que han contribuido a una mejor comprensión de esta dolencia compleja.

El dolor es un indicador poco fiable de la existencia o extensión del daño, explica, señalando que puede existir daño significativo sin dolor, o viceversa.

Factores biológicos como la predisposición genética y el estado de salud de los tejidos, junto con factores psicológicos como la depresión y la ansiedad, y factores ambientales como la precariedad económica y entornos sociales adversos o amenazantes, juegan un papel importante en la aparición y desarrollo de la migraña.

La migraña se caracteriza por diversas fases: prodrómica (con síntomas como bostezos, cambios de humor, fotosensibilidad), aura (con síntomas visuales y/o sensitivos), dolor (unilateral pulsátil o palpitante que empeora con actividad física) y postdromica (cansancio, rigidez cervical, náuseas).

El tratamiento de la migraña aborda tanto el manejo del dolor como la prevención.Para el alivio inmediato, se utilizan AINEs, triptanes, benzodiazepinas y antieméticos.

En casos con frecuencia elevada de episodios dolorosos, se implementan tratamientos preventivos con medicamentos como antidepresivos, betabloqueantes o antiepilépticos.

Infiltraciones subcutáneas con anestésicos locales o toxina botulínica también pueden ser eficaces.

Recientemente se han introducido nuevas opciones terapéuticas, incluyendo un anticuerpo monoclonal que bloquea el receptor del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), ofreciendo una nueva esperanza para controlar los días de dolor en pacientes con migraña crónica.

La doctora Alcántara destaca la importancia de tratamientos personalizados y el papel crucial de las Escuelas de Pacientes, como la iniciativa implementada en el Hospital Universitario de Torrejón, para empoderar a los pacientes y mejorar su calidad de vida.