La escalofriante historia de austriaca La Monstruosa:
El caso de Franziska Kasparek, apodada La Monstruosa, conmocionó a Austria a principios del siglo XX por la brutalidad y el cinismo con las que asesinaba ancianas.
Sus crímenes, impulsados aparentemente por codicia, dejaron una profunda huella en la sociedad austriaca y expusieron falencias en el sistema judicial de la época.
La primera víctima conocida fue Marie Wurisch, una mujer de 56 años casi ciega a quien Kasparek estranguló hasta dejarla inconsciente.
Luego, la cubrió con cera de parafina y le prendió fuego, simulando un accidente.Sin embargo, las marcas de ligaduras alrededor del cuello revelaron el crimen.
En aquel entonces, la policía no tenía la misma experiencia que hoy en día para reconocer los indicios de un asesinato disfrazado, explica el profesor Hans Gruber, historiador especializado en criminología.
Las siguientes víctimas fueron Zäilie Höstschul, de 80 años, y Stefanie von Mack, de 72, ambas asesinadas por estrangulamiento.
A pesar de ser detenida varias veces por robos y extorsiones, Kasparek fue juzgada con penas leves que no reflejaban la gravedad de sus actos.
El asesinato de Wurisch en septiembre de 1916 marcó un punto de inflexión en el caso. La policía logró vincular a Kasparek con el crimen, lo que llevó a su arresto.
En una muestra de su falta de remordimientos, al ser detenida se tragó una aguja de coser que tuvo que ser extraída quirúrgicamente.
Su comportamiento era profundamente perturbador, demostraba una crueldad innata y una falta absoluta de empatía, afirma el doctor Wilhelm Schmidt, psiquiatra forense que estudió el caso.
Tras recuperarse de la operación, Kasparek estranguló a una enfermera anciana en el hospital del que había escapado y fue capturada poco después.
En su juicio, se jactaba de sus crímenes sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento.El Tribunal dictó la pena de muerte, pero posteriormente fue conmutada por cadena perpetua.
Franziska Kasparek murió en la prisión de Neudorf en 1921.Su historia sigue siendo un recordatorio del lado oscuro de la humanidad y la necesidad de un sistema judicial justo y efectivo para proteger a los vulnerables.