La Avenida de las Camelias, una marcha militar argentina compuesta en 1915, ha resonado a lo largo del siglo XX como símbolo de la fuerza y la disciplina del Ejército Argentino.

Su historia trasciende los desfiles militares y se entrelaza con momentos cruciales de la política nacional.

La pieza musical, obra del Capitán Pedro Maranesi, director de la Banda Sinfónica de la Quinta División del Ejército Argentino, fue inspirada por la apertura simbólica de un camino en el paraje Paso del Durazno, en Salta, donde se llevaban a cabo maniobras militares.

La melodía, interpretada principalmente con tambores y trompetas, se caracterizaba por su ritmo vigoroso y penetrante, lo que rápidamente la convirtió en una pieza fundamental en eventos militares.

La Avenida de las Camelias destaca por la fuerza rítmica de sus trompetas, creando una atmósfera poderosa y evocadora, comenta el profesor Juan Pérez, experto en música militar argentina.

Su popularidad se extendió rápidamente a otros países, siendo adoptada por ejércitos como los de Alemania y Polonia.

La marcha no estuvo exenta de controversias.Su asociación con golpes de estado militares ha marcado su percepción pública.

En particular, se vincula con el golpe de estado que derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón en marzo de 1976, al ser utilizada como banda sonora del comunicado oficial que anunció la medida.

La Avenida de las Camelias, junto con la marcha de San Lorenzo, han sido utilizadas como piezas musicales simbólicas durante momentos cruciales de la historia política argentina, afirma la historiadora Gabriela Rodríguez.

Su uso en los golpes de estado de los años 60, particularmente en los derrocamientos de Arturo Frondizi y Arturo Illia, ha generado una asociación negativa con estos eventos.

La utilización de la marcha en los enfrentamientos armados conocidos como la Guerra de Azules y la Guerra Colorados, además de su presencia constante en el cierre del programa de Radio Nacional a las 12 de la noche por muchos años, han contribuido a fortalecer esta percepción.

A pesar de su historia controvertida, la Avenida de las Camelias sigue siendo una pieza musical que evoca emociones encontradas en la sociedad argentina.

Su ritmo poderoso y memorable ha trascendido el ámbito militar, convirtiéndose en un símbolo complejo y multifacético de la identidad nacional.