A medida que la dependencia de los centros de datos hacia las unidades de estado sólido (SSD) aumenta exponencialmente, seleccionar el modelo adecuado se convierte en un factor crucial que impacta directamente el rendimiento, el coste y la longevidad de los servidores.

Ante una oferta tan amplia, los responsables de TI deben analizar detenidamente sus necesidades antes de migrar a SSDs o ampliar su capacidad actual.

En este contexto, el fabricante Kingston ha destacado seis recomendaciones claves para facilitar esta elección:

1.

Capacidad óptima: Aunque la tentación es priorizar soluciones con mayor capacidad, en centros de datos la relación coste-beneficio es fundamental.

Un SSD excesivamente grande puede resultar costoso sin una mejora significativa en el rendimiento.En contraste, una capacidad insuficiente podría generar degradación del rendimiento, pérdida de datos y tiempo de inactividad, con consecuencias negativas para usuarios, operaciones comerciales e incluso la seguridad de la información.

2.Rendimiento adaptado: La proliferación de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) e Internet de las Cosas (IoT) exige un almacenamiento capaz de soportar cargas de trabajo intensivas y complejas.

Las unidades SSD deben ofrecer velocidades de lectura y escritura adecuadas para la frecuencia de acceso a datos y una baja latencia, especialmente durante picos de actividad como campañas comerciales o transaccional.

3.Compatibilidad con el ecosistema: La elección entre los factores de forma M.2 NVMe y 2,5 pulgadas dependerá del hardware existente.

Los SSDs M.2 NVMe son ideales para equipos con espacio limitado, mientras que las unidades SATA de 2,5 pulgadas ofrecen una opción versátil para servidores y plataformas de uso general.

4.Durabilidad robusta: La resistencia es un factor crucial en centros de datos operando 24/7.Una vida útil prolongada evita interrupciones innecesarias, costes de mantenimiento elevados y la pérdida de datos crítica.

Unidades fabricadas bajo rigurosas especificaciones y sometidas a pruebas exhaustivas son más aptas para soportar este tipo de exigencia.

5.Niveles de seguridad adaptados: La creciente amenaza cibernética exige una protección integral.

Es necesario evaluar las necesidades de seguridad del centro de datos y optar por SSDs con funciones de encriptación que protejan la información confidencial, especialmente en el caso de datos financieros o personales sensibles.

6.Soporte técnico confiable: La elección de un fabricante reconocido que ofrezca soporte técnico sólido y garantías amplias es fundamental para mitigar riesgos y garantizar la tranquilidad a largo plazo.

Garantías a largo plazo o de por vida pueden ahorrar costes en reemplazos y ofrecer acceso a recursos de resolución de problemas expertos.

Seleccionar el SSD ideal para un centro de datos implica una evaluación precisa de los requerimientos específicos, teniendo en cuenta factores como capacidad, rendimiento, compatibilidad, resistencia, seguridad y soporte técnico.

Una decisión informada garantiza la eficiencia, la protección de datos y la continuidad operativa del centro de datos.