La alegría infantil se ve amenazada por una realidad preocupante: la industria del juguete argentina atraviesa una profunda crisis, con ventas que se desploman y un futuro incierto.
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) informó una caída del 16% en las ventas de juguetes para el Día de la Niñez en comparación con el año anterior, una cifra alarmante que se suma a una disminución del 20% registrada durante el primer semestre de 2024.
A pesar de la implementación de estrategias comerciales como promociones bancarias con descuentos y facilidades de pago, así como el auge del comercio electrónico, el sector no logró revertir la tendencia negativa.
Las ventas no alcanzaron los niveles esperados, incluso con la ausencia del traslado del feriado del 17 de agosto, que suele generar un aumento en las compras, afirma un portavoz de la CAIJ.
La situación genera preocupación no solo para los fabricantes, sino también para los importadores, quienes anticipan una falta de reposición de stock en jugueterías durante la temporada navideña.
Esta caída nos coloca en una posición vulnerable, tanto a nivel industrial como comercial, señala el representante del sector.
El informe de la CAIJ revela que las ventas online, aunque aumentaron un 10% en unidades vendidas, solo representan el 20% del total de transacciones.
Los precios de los juguetes experimentaron un aumento promedio del 110% interanual, una cifra menor a la inflación acumulada del 263,4%.
Esta disminución no se traduce en ganancias para los fabricantes, quienes operan al 50% de su capacidad productiva.
Los incrementos en tarifas y otros costos no se pudieron trasladar al precio final del producto, explica un experto en el sector.
El impacto emocional de la crisis se refleja en las vivencias de comerciantes de distintos puntos del país.
Un vendedor de Almagro relata que mientras el año pasado alrededor de 20 clientes gastaron juntos 300 mil pesos, este año solo fueron 3 o 4 personas las que alcanzaron esa cifra.
En una juguetería del Gran Buenos Aires, un comerciante explica que este año solo se necesitó habilitar una caja para procesar ventas de juguetes más económicos, en contraste con años anteriores donde se habilitaban cinco cajas registradoras.
La caída en las ventas es más evidente en las jugueterías de barrio, donde el ticket promedio fue de 9 mil pesos por unidad, comparado con los 25 mil pesos registrados en cadenas de jugueterías.
Las cadenas experimentaron una caída del 3%, mientras que las jugueterías de barrio sufrieron una reducción del 19%.
El futuro de la industria del juguete argentina se encuentra en un punto crítico, con la necesidad urgente de implementar estrategias sostenibles para enfrentar esta crisis y garantizar el disfrute de los niños a través del juego.