Este proyecto busca modernizar la enseñanza mediante un sistema más flexible, orientado a la acreditación por niveles y la promoción continua de los estudiantes.
La iniciativa también propone que los docentes trabajen por cargo, eliminando así la figura del docente taxi.
Ante esta reforma, El Tribuno dialogó con referentes educativos salteños para conocer su opinión sobre la propuesta y la situación actual de la educación secundaria en Salta.
Si bien existe un consenso generalizado sobre la necesidad de cambios profundos en el sistema educativo, tanto en CABA como a nivel nacional, debido a que este se ha vuelto obsoleto para las nuevas generaciones, existen diferentes perspectivas sobre la promoción continua sin repetición.
Algunos expertos consideran que esta medida podría mejorar el rendimiento académico si se implementa con el apoyo adecuado, mientras que otros expresan cautela ante sus posibles consecuencias.
Desde el Ministerio de Educación de Salta, se indicó que la reforma educativa no está en la agenda actual del gobierno provincial.
Viviana Borges, directora del Colegio Scalabrini Ortiz y presidenta del Consejo de Directores de Salta, destaca similitudes entre Secundaria Aprende y el programa Secundaria 2030, que se viene planteando en Salta desde hace años.
Ambos proyectos comparten la concentración de la carga horaria en un solo establecimiento y el trabajo por proyectos.
Borges expresa reservas sobre el sistema de acreditación de contenidos similar al universitario propuesto por CABA: Sería cautelosa con la temática de la promoción, de que los chicos no repitan.
Hay que observar las experiencias de otras ciudades.
Una de las principales preocupaciones de Borges es el desgaste del profesorado salteño, muchos de los cuales trabajan jornadas extenuantes de 45 a 66 horas semanales.
Un docente agotado no puede rendir como corresponde, advierte Borges, quien considera que esta sobrecarga afecta la calidad educativa y la salud de los docentes.
La directora también enfatiza la necesidad de una formación integral de los estudiantes, que incluya el desarrollo de capacidades socioemocionales: Necesitamos ciudadanos empáticos, solidarios, resolutivos, con autoestima fortalecida y un buen control de sus emociones.
Laura Flores, directora del Colegio 20 de Febrero, comparte la preocupación por las materias previas.
Según explica, estas suelen ser un obstáculo para el avance académico, ya que los estudiantes pueden aprobar el año, pero acumular materias pendientes que les impiden progresar.
Flores considera que la repetición es un problema serio, especialmente para aquellos estudiantes que repiten varias veces: El alumno que viene repitiendo muchas veces no encontró la institución adecuada o no tiene el apoyo familiar necesario.
Se alejan más de la posibilidad de estudiar y se vuelven rebeldes.
Flores también destaca la necesidad de reducir la carga horaria dispersa de los docentes, un aspecto clave en la reforma educativa de CABA. Sería ideal que los profesores pudieran concentrar más horas en un solo colegio, lo que permitiría un mayor sentido de pertenencia y compromiso, señala Flores, quien indica que el 80% de los profesores en su colegio son docentes taxi que deben trabajar en varias instituciones simultáneamente.
Un exfuncionario de Educación salteño, consultadoo por El Tribuno, afirma que la reforma educativa de CABA responde a los preocupantes resultados obtenidos en evaluaciones como Aprender, que evidencian deficiencias en el aprendizaje de los estudiantes.
Para este especialista, la repitencia no es una herramienta pedagógica eficaz y puede generar desmotivación y abandono escolar.
Otro exfuncionario del sector educativo considera que la reforma propuesta por CABA es profunda, pero advierte sobre la necesidad de analizar sus efectos a medida que se implemente: Aquí conviene analizar si el sistema se construye en base a un estudiante o si el estudiante se adecua a un sistema educativo.
Esa disyuntiva abre a pensar alternativas que no copien sistemas educativos foráneos, sino que se trabaje sobre las necesidades de una realidad puntual.
El principal desafío, según este experto, será cambiar la mentalidad de todos los actores del sistema educativo, incluyendo docentes, directivos y familias.
Aunque la propuesta de promover a los estudiantes según sus logros y eliminar las materias pendientes resulta atractiva, su aplicación generalizada en la educación secundaria podría ser problemática, ya que CABA no es Salta, ni Córdoba, Ushuaia o cualquier otra provincia con realidades propias.