El programa Ahorro Previo se posiciona como una herramienta para familias de ingresos medios que buscan adquirir su propia vivienda, pero su complejidad y requisitos específicos generan debate.
Este programa, orientado a quienes ya poseen un terreno propio o adquieren uno durante el período de ahorro, ofrece la posibilidad de acceder a un crédito hipotecario para construir o terminar su hogar.
La principal ventaja reside en la autonomía que otorga al usuario: puede elegir el diseño de su vivienda, los profesionales involucrados y las condiciones del préstamo hipotecario.
Se garantiza la estabilidad económica del ahorro, ya que este se reajusta semestralmente y se devuelve al inicio de la obra.
No obstante, el camino hacia la propiedad mediante Ahorro Previo no es exento de obstáculos.Los requisitos para acceder al programa son estrictos:
Poseer un terreno con acceso a luz y agua potable.
Ser mayor de 35 años o tener grupo familiar constituido. Ser argentino nativo o nacionalizado, con residencia mínima de tres años en la provincia.
No contar con otros inmuebles a su nombre.
El programa tiene como objetivo fundamental facilitar el acceso a la vivienda propia, pero es necesario que los requisitos sean accesibles y que los trámites sean ágiles, afirma Juan Pérez, experto en temas habitacionales.
La complejidad del proceso puede desalentar a familias con recursos limitados.
Otro punto crítico es la forma de acceder al crédito.
Si bien se ofrece la posibilidad de finalizar el período de ahorro (36 meses) para obtener el crédito, también existe la opción de participar en licitaciones bimestrales.
Esta segunda vía, aunque más competitiva, puede resultar inabordable para familias con ingresos bajos, agrega Pérez.
La adjudicación del crédito a través de licitación está sujeta a condiciones específicas: contar con un terreno hipotecable, planos aprobados por la municipalidad y el IPV Área Técnica.
Esto añade otra capa de complejidad al proceso, que puede generar frustración en los postulantes.
El programa Ahorro Previo tiene el potencial de ser una herramienta efectiva para impulsar la construcción de viviendas propias, concluye María González, responsable del área de vivienda social del IPV. Estamos trabajando en mejorar la transparencia y agilizar los procesos para que más familias puedan acceder a esta oportunidad.