El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, anunció la detención de un sospechoso por causar una explosión frente a una sinagoga en La GrandeMotte, un pueblo costero en el sur de Francia.

El ataque, que dejó a un policía herido, fue calificado de terrorista por el presidente Emmanuel Macron y provocó consternación nacional.

Según las autoridades, el presunto atacante incendió dos vehículos, uno de los cuales contenía una bombona de gas, frente a la sinagoga Beth Yaacov.

La explosión también causó un incendio en la entrada del edificio, dañando dos puertas, pero los daños materiales se limitaron gracias a la rápida intervención de los bomberos.

Francia se libró de una tragedia absoluta, declaró el primer ministro saliente Gabriel Attal tras visitar el lugar del incidente.

Agregó que las primeras investigaciones sugieren que el ataque estaba planificado y que hubiera sido mucho más grave si la sinagoga hubiera estado llena de fieles durante el sábado por la tarde, cuando se celebraba el Shabat.

El sospechoso fue detenido en Nîmes, una ciudad ubicada a unos 40 kilómetros al norte de La GrandeMotte.

Dos personas más, presuntas cómplices del atacante, también fueron arrestadas. Las autoridades están investigando si hay una conexión entre el ataque y la reciente escalada de violencia entre Israel y Hamas en Gaza.

El presidente Macron condenó el ataque en redes sociales, afirmando que la lucha contra el antisemitismo es un combate diario.

El Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF) calificó el acto como un atentado contra la vida de los judíos y destacó el uso de una bombona de gas en un intento de asesinato.

Este incidente refleja la creciente preocupación por el aumento del antisemitismo en Francia y Europa.

El gobierno francés ha registrado 887 actos antisemitas en el primer semestre de 2024, casi tres veces más que en el mismo periodo del año anterior.

En respuesta al ataque, se han desplegado refuerzos de seguridad alrededor de los lugares de culto judíos en todo el país.