Un nuevo estudio publicado en Nature Human Behaviour ha revolucionado nuestra comprensión del sentido del olfato humano.

Investigadores de la Chinese Academy of Sciences, analizando las narices de 229 participantes, han descubierto que este sentido es mucho más sensible y complejo de lo que se creía anteriormente.

Los resultados demuestran que la percepción olfativa es un proceso mucho más rápido y sofisticado del que imaginábamos, explica el Dr. Zhou Wen, uno de los autores del estudio.

Nuestro cerebro procesa miles de sustancias químicas con cada inhalación, creando una compleja secuencia temporal que da forma a nuestra experiencia olfativa.

Los investigadores diseñaron un dispositivo innovador para controlar la liberación precisa de compuestos químicos a las narices de los participantes.

Utilizando este sistema, lograron presentar dos olores distintos con una precisión de 18 milisegundos, la décima parte del tiempo que dura un parpadeo.

Descubrieron que podemos distinguir dos olores consecutivos separados por tan solo 60 milisegundos, 20 veces más rápido de lo que se pensaba anteriormente.

Este hallazgo sugiere que nuestra capacidad olfativa es comparable a la velocidad con la que percibimos los colores, afirma el Dr. Zhou Wen.

Al igual que en la visión, la secuencia temporal en la que llegan los estímulos visuales o olfativos influye en nuestra percepción final.

De este descubrimiento, el estudio también arroja luz sobre la importancia del olfato para nuestra seguridad y bienestar.

Nuestro sentido del olfato nos permite detectar sustancias químicas potencialmente peligrosas, como las aminas y compuestos azufrados producidos por bacterias que descomponen los alimentos, explica el Dr. Wu Yuli, otro de los autores del estudio.

Este mecanismo nos protege de consumir alimentos en mal estado y evita intoxicaciones.
Las aplicaciones de estos hallazgos son vastas.

En el campo de la cosmética, se podrían crear perfumes con olores más complejos y duraderos al controlar la liberación temporal de las fragancias.

En la gastronomía, se podrían desarrollar nuevos métodos para potenciar los sabores de los alimentos.

El estudio también abre nuevas perspectivas en el tratamiento de la anosmia, o pérdida del olfato, que puede tener diversas causas, desde genéticas hasta infecciosas.

Esta investigación nos ayuda a comprender mejor la complejidad del sentido del olfato y a desarrollar estrategias para mejorar nuestra percepción sensorial, concluye el Dr. Zhou Wen.