La interna del Partido de la Victoria: Guzmán denuncia un patrón de estancia
El partido político Partido de la Victoria se encuentra enfrascado en una batalla interna que ha puesto al descubierto profundas divisiones dentro de su seno.
Facundo Guzmán, reconocido dirigente político y miembro de este partido, ha denunciado públicamente la hegemonía que ejerce Sergio Leavy sobre el partido desde hace dos décadas, calificándola como un patrón de estancia que desvirtúa los valores democráticos.
Guzmán, en declaraciones realizadas durante un espacio de debate político, señaló que Leavy está desde el 2003 en la conducción del partido, con las mismas 2 o 3 personas.
A su juicio, esta concentración de poder limita las posibilidades de participación y renovación interna, deteriorando la imagen y credibilidad del Partido de la Victoria.
El dirigente político destacó que existe un amplio sector dentro del partido que no comparte este modelo de dirección, y que aspira a una mayor apertura y representatividad.
Hay una gran cantidad de personas que no están a favor de que la conducción continúe en manos de Sergio Leavy, manifestó Guzmán.
Asimismo, expresó su expectativa de que las próximas elecciones internas se desarrollen con transparencia y sin obstáculos para la presentación de listas opositoras.
Guzmán evocó el pasado del Partido de la Victoria como un espacio donde se valoraba la democracia interna, pero lamentó que bajo el liderazgo de Leavy se haya impuesto un sistema autoritario.
Cualquiera que haga algo que a él no le guste, opine como a él no le guste, no haga lo que él quiere, es expulsado o intenta sacarlo, denunció.
Personalmente, Guzmán relató que al expresar su desacuerdo con la gestión de Leavy fue marginado y silenciado.
Para garantizar una elección justa y representativa, Guzmán solicitó un reglamento electoral transparente y accesible para todos los afiliados.
Se requiere para la presentación los avales del 10 de los afiliados y las listas tienen alrededor de 200 personas que las integran, explicó.
Aseguró que el objetivo final es que la gente no vea que es un desastre la política, para que no vea que se hace todo de manera desordenada.
Por el bien de la política en sí, todo debe estar ordenado y que las reglas estén claras para todas las partes.