Salta experimenta una preocupante tendencia a la baja en sus nacimientos.De acuerdo con los datos oficiales del Registro Civil, la cifra de recién nacidos descendió a 14.619 en el presente año, marcando un descenso significativo frente a los 17.290 registrados en 2023 y los 19.000 de 2022.

Esto representa una reducción de 3.000 niños menos nacidos en comparación con el año anterior, generando interrogantes sobre las causas subyacentes a este fenómeno.

Lucas Arabia, coordinador administrativo del Registro Civil, reconoce que estos números reflejan un cambio demográfico profundo en la provincia.

Si bien evita atribuir la disminución exclusivamente a un factor, se abre un debate sobre posibles influencias como la situación económica, el reajuste de prioridades familiares o factores culturales que podrían estar afectando la decisión de los salteños respecto a formar o ampliar sus familias.

La repercusión social del descenso de nacimientos es innegable.Según expertos, esta tendencia podría tener consecuencias a largo plazo para la estructura poblacional, impactando sectores como la educación, la planificación urbana y el desarrollo económico.

Una menor natalidad implica una reducción en el número de jóvenes que ingresarán al sistema educativo y laboral en los próximos años, afirma un demográfo local, quien prefiere mantener el anonimato.

Esto podría traducirse en una menor fuerza laboral, menos consumidores y menores recursos para la inversión social.

El panorama actual exige un análisis profundo y soluciones integrales que aborden las causas subyacentes a esta problemática.

La provincia de Salta se encuentra ante un desafío crucial: garantizar un futuro próspero para sus habitantes, atendiendo no solo el crecimiento económico, sino también el bienestar social y la sostenibilidad demográfica.