El tercer año de la guerra en Ucrania ha dejado profundas cicatrices en la sociedad rusa, evidenciándose en un preocupante aumento en la demanda de medicamentos para tratar la ansiedad y la depresión.
Según datos del analista DSM Group, las ventas de antidepresivos en Rusia se elevaron a 16,1 millones de envases entre enero y noviembre de 2024, un 16,8% más que en el mismo período del año anterior.
Este incremento supera incluso los niveles récord alcanzados en 2022, cuando la guerra comenzó.
El diario ruso Kommersant ha reportado escasez de medicamentos como Zoloft, uno de los antidepresivos más populares, en las primeras semanas de 2025.
La escalada del conflicto, con el hostigamiento por drones ucranianos y los ataques con misiles estadounidenses ATACMS, ha agravado el sentimiento de hartazgo entre la población rusa.
La guerra genera un estrés crónico que afecta la salud mental de muchos, explica una experta en psicología clínica, quien prefiere mantener su anonimato.
El Centro de Desarrollo de Tecnologías de Avanzada informa de un aumento del 22% en la demanda de antidepresivos en 2024 respecto al año anterior.
Este crecimiento se ha mantenido a pesar del incremento del precio de los medicamentos, que ha experimentado un alza del 11%, por encima del nivel de inflación general del 9,5%.
Los rusos han desembolsado hasta 13.500 millones de rublos (145,5 millones de dólares) en antidepresivos en 2024, un 31,9% más que en 2023.
La escalada de la demanda de antidepresivos en Rusia refleja el impacto psicológico devastador que ha generado la guerra.
La incertidumbre y la ansiedad se han convertido en una constante para muchos ciudadanos, dejando a su paso una profunda huella en la salud mental del país.
