Un grupo de terraplanistas, acompañados por científicos divulgadores, emprendió una inusual expedición al continente antártico en un experimento denominado Experimento Final, con el objetivo de refutar la teoría científica sobre la forma esférica de la Tierra.
A pesar de que la evidencia científica ha demostrado durante siglos que nuestro planeta es una esfera, este viaje buscó poner fin a las controversias y debatir directamente la validez de las creencias terraplanistas.
Entre los participantes se encontraban tres conocidos youtubers defensores del movimiento terraplanista: Jeran Campanella (Jeranism), Sean Griffitn (Kingdom in Context) y Austin Whisitt (Witsit gets it).
En el bando científico se encontraban divulgadores como Dave Farina (Professor Dave Explains), SciManDan y el fotógrafo Dave McKeegan.
El alma mater de este experimento fue Will Duffy, un sacerdote de Colorado que aspiraba a resolver una vez por todas la controversia sobre la forma de la Tierra.
Tras viajar miles de kilómetros desde California hasta el extremo sur del planeta, los terraplanistas se encontraron con un fenómeno que desafiaba directamente sus creencias: el Sol no brilla las 24 horas durante el verano antártico, como lo predice la teoría esférica.
A veces uno se equivoca en la vida, admitió Jeran Campanella tras su experiencia.Pensaba que no había sol las 24 horas del día…
De hecho, estaba bastante seguro de ello.Campanella reconoció públicamente la existencia del Sol de medianoche en la Antártida, un fenómeno incompatible con sus teorías sobre una Tierra plana rodeada por una pared de hielo.
Aunque otros terraplanistas no consideraron este descubrimiento como una prueba concluyente de la esfericidad terrestre, admitieron que el fenómeno del Sol de 24 horas representaba un gran desafío para sus modelos y creencias.
Este experimento expone la complejidad en la formación de creencias y cómo el sesgo de confirmación puede influir en nuestra percepción del mundo.
A pesar de la evidencia científica abrumadora sobre la forma esférica de la Tierra, el movimiento terraplanista persiste, demostrando que la desconfianza en las instituciones y la búsqueda de información que confirme nuestras propias ideas pueden ser poderosas fuerzas que resisten a la verdad objetiva.
El Experimento Final abre un debate sobre cómo contrarrestar este fenómeno psicológico y fomentar una mayor comprensión científica entre la población.