Australia se posiciona como pionera en la protección digital de los jóvenes al aprobar una legislación que prohíbe a menores de 16 años la creación o uso de cuentas en redes sociales.
Esta medida, considerada la más estricta jamás implementada a nivel mundial, busca mitigar los riesgos para la salud mental y el bienestar de los adolescentes en el entorno digital.
El proyecto de ley, respaldado con un voto abrumador en el Senado (34 a 19), ahora avanza hacia su aprobación final en la Cámara de Representantes.
Se prevé que se convierta en ley en las próximas semanas, gracias a la mayoría parlamentaria del gobierno de Anthony Albanese.
La normativa establece un nuevo estándar global para la protección de niños online, aunque no abarca plataformas de mensajería ni videojuegos.
Las redes sociales propiamente dichas estarán sujetas a estrictas restricciones que serán definidas por el ministro de Comunicaciones en colaboración con el eSafety Commissioner, el organismo regulador de internet del país.
Esta iniciativa surge tras una creciente preocupación por los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes.
Encuestas recientes muestran un amplio apoyo entre padres y cuidadores a esta medida para proteger a sus hijos.
Para garantizar el cumplimiento de estas restricciones, el gobierno planea implementar un sistema de verificación de edad que aún está siendo definido.
Entre las opciones consideradas se encuentran el uso de datos biométricos o la identificación oficial.
Expertos en tecnología han expresado dudas sobre la efectividad y los potenciales riesgos para la privacidad asociados a estas herramientas.
A pesar del objetivo laudable de proteger a los menores, la legislación ha suscitado críticas tanto de especialistas como de empresas tecnológicas.
Google, Snap y Meta cuestionaron la falta de claridad en la definición de qué plataformas se regularán, mientras que TikTok argumentó que la definición propuesta es demasiado amplia y podría abarcar casi cualquier servicio online.
Australia no es el único país que busca limitar el acceso de los menores a las redes sociales.Francia exige consentimiento parental para usuarios menores de 15 años, aunque estudios indican que muchos jóvenes evaden estas restricciones mediante VPN. En Estados Unidos, un esfuerzo similar en Utah fue declarado inconstitucional.
A pesar de estos precedentes, el modelo australiano está siendo observado atentamente por países como Noruega y Reino Unido, quienes están considerando medidas similares.
Esta creciente atención refleja un consenso global sobre la necesidad de regular el entorno digital para proteger a los niños, pero también subraya las dificultades para implementar restricciones efectivas y equitativas.