Más allá del escrutinio mediático y los debates acalorados, la elección presidencial estadounidense se reduce a un mapa crucial: los siete estados claves o swing states.
Estos territorios, con tendencias electorales volátiles e impredecibles, albergan las llaves de la Casa Blanca.
Con más de 240 millones de estadounidenses convocados para ejercer su derecho al voto, Kamala Harris y Donald Trump buscan alcanzar los 270 votos electorales necesarios para asegurar la presidencia.
El sistema electoral estadounidense, mayoritario a nivel estatal, otorga todos los votos de un estado al candidato ganador, dando así una relevancia exponencial a estos siete estados: Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Míchigan, Arizona, Wisconsin y Nevada.
Pensilvania: el Keystone State en el ojo del huracán
Pensilvania, con sus 19 votos electorales, se erige como uno de los estados más importantes.
Su población diversa, con una amplia presencia afroamericana y latina, lo convierte en un verdadero bastión electoral.
Tanto Trump como Harris han realizado numerosas visitas a este estado durante la campaña, conscientes de su importancia estratégica.
Pensilvania es fundamental para ganar las elecciones, afirma Jason Xidias, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas.
Si un candidato logra ganar Pensilvania y Georgia, estoy convencido de que ganará las elecciones.
Carolina del Norte: el feudo republicano en disputa
En Carolina del Norte, donde Trump se mantiene ligeramente por delante en las encuestas con un margen de apenas un punto porcentual, los demócratas buscan una alta participación del sector afroamericano para revertir la tendencia.
Xidias considera que para Kamala Harris ganar Carolina del Norte será muy difícil.
El peso de las minorías: claves para el éxito
La influencia de las minorías étnicas y religiosas es crucial en estos estados clave.
En Míchigan, con su alta concentración de árabes estadounidenses, la ofensiva israelí en Gaza ha generado un impacto significativo en la opinión pública.
En Georgia, con una población afroamericana mayoritaria, el descontento económico dentro de esta comunidad podría inclinarse hacia Trump a pesar de la histórica representación demócrata.
Xidias destaca que para muchos afroamericanos, el tema de la economía es clave.Creen que Trump podría gestionarla mejor.
El voto latino también se ha convertido en un factor decisivo en estados como Arizona y Nevada.La creciente clase trabajadora dentro de esta comunidad busca soluciones económicas concretas, atendiendo menos a temas identitarios.
Un día para la historia: el futuro de EEUU en juego
A horas del inicio de las votaciones, los siete swing states se convierten en el epicentro de la atención global.
El destino de la Casa Blanca y el rumbo político de Estados Unidos dependen de la decisión final de sus ciudadanos.