El magnate tecnológico Elon Musk se perfila como una figura clave en el gobierno del expresidente Donald Trump.

Durante una cena celebrada tras la victoria electoral de Trump, Musk estuvo presente, lo que ha generado especulaciones sobre un posible cargo de alta importancia en la nueva administración.

Trump ya había adelantado en septiembre que Musk participaría en su gobierno, afirmando que podría ahorrar billones de dólares al país.

Va a ser el que nos recorte costes, declaró el expresidente en un mitin en Míchigan. Musk ha acogido con entusiasmo esta propuesta y ha bautizado la idea como Departamento de Eficiencia Gubernamental DOGE.

Esta participación se presenta como un nuevo capítulo en la carrera de Musk, quien ya se había mostrado como un ferviente defensor del movimiento MAGA (Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo) durante la campaña electoral.

Musk invirtió al menos 119 millones de dólares en un super PAC que respaldaba a Trump y acompañó al expresidente en varios eventos, incluso en el mitin realizado en Butler, Pensilvania, lugar donde Trump sufrió un intento de asesinato.

Esta alianza ha generado controversia. Algunos expertos advierten sobre posibles conflictos de intereses debido a los negocios de Musk, regulados por diversas agencias federales.

SpaceX, su empresa espacial, trabaja con la NASA, mientras que Tesla recibe subsidios fiscales y X está bajo la supervisión de la Comisión Federal de Comercio.

Es crucial evaluar cuidadosamente el potencial impacto de esta relación en las decisiones gubernamentales, señala un experto en política económica.

La transparencia en este acuerdo y la implementación de mecanismos para evitar conflictos de intereses serán fundamentales.