La falta de un presidente y secretaría legislativa ha paralizado el funcionamiento del parlamento local, dejando a los empleados sin recibir sus salarios desde hace semanas.
Tras la renuncia de Alejandra Pato como presidenta y Carlos Manzur como secretario legislativo a mediados de octubre, el Concejo Deliberante quedó en una situación de limbo.
El intento de elección de nuevas autoridades durante la sesión N29 se vio frustrado por la ausencia de dos ediles, lo que provocó la caída del quorum y la suspensión del proceso.
La falta de un presidente y secretaria legislativa genera un vacío institucional preocupante, explicó el reconocido politólogo local, Juan Pomares.
Según los estatutos, la vicepresidenta primera, Claudia Copes, o el vicepresidente segundo, Fabio Urdapilleta, deberían haber asumido la conducción del Concejo.
La falta de argumentos válidos para que estos funcionarios deleguen sus responsabilidades ha generado esta situación crítica.
La paralización del Concejo Deliberante tiene un impacto directo en la ciudadanía y el Ejecutivo municipal.
Nos encontramos en una situación de vulnerabilidad, declaró el intendente municipal, quien se abstuvo de dar su nombre.
La falta de herramientas legislativas que provee el Concejo Deliberante nos impide avanzar con proyectos importantes para la ciudad.
La crisis actual en Orán plantea serias interrogantes sobre la capacidad del cuerpo legislativo para funcionar de manera eficiente y servir a las necesidades de la comunidad.
La incapacidad de los ediles para resolver la acefalía, o la priorización de intereses políticos por encima del bien común, genera una incertidumbre que afecta a la estabilidad del municipio.
La ciudadanía se encuentra expectante ante una pronta solución a esta crisis institucional, que requiere un compromiso de todos los actores políticos para restaurar la normalidad y garantizar el funcionamiento efectivo del Concejo Deliberante.