El tifón Kongrey, categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, ha golpeado con fuerza la costa este de Taiwán, dejando un saldo de 27 heridos y dos desaparecidos.
Con vientos sostenidos de 183,6 kilómetros por hora y ráfagas que alcanzan los 226,8 kilómetros por hora, Kongrey se considera la tormenta más grande en golpear la isla desde el tifón Herb en 1996, que causó más de 800 muertos.
La Agencia Meteorológica Central (CWA) de Taiwán ha emitido alertas marítimas y terrestres para todo el territorio insular, incluyendo los archipiélagos periféricos de Kinmen, Matsu y Penghu, debido a las lluvias torrenciales que acompañan la tormenta.
Se esperan fuertes inundaciones y deslizamientos de tierra, especialmente en las zonas costeras del este.
Kongrey presenta un escenario preocupante, declaró un portavoz de la CWA. Las lluvias intensas pueden generar inundaciones repentinas y afectar gravemente la infraestructura.
De acuerdo con el Comando Central de Operaciones de Emergencia (CEOC), más de 8.600 personas han sido evacuadas de nueve condados y ciudades, mientras que cientos de vuelos han sido cancelados debido a las condiciones climáticas adversas.
Los servicios esenciales también se han visto afectados, con cortes de electricidad que afectan a más de 153.000 hogares.
La eléctrica estatal Taipower ha desplegado a cerca de 10.000 trabajadores para restaurar el suministro eléctrico lo antes posible.
Estamos trabajando incansablemente para minimizar los impactos de este desastre natural, afirmó un portavoz de Taipower.
Las autoridades han tomado medidas para mitigar los efectos del tifón, incluyendo la suspensión de clases y trabajos de oficina a nivel nacional.
El gobierno taiwanés ha movilizado recursos para atender las emergencias y brindar asistencia a las poblaciones afectadas.
Este evento resalta la vulnerabilidad de Taiwán ante desastres naturales y la importancia de estar preparados para enfrentarlos.
La recuperación posterior al tifón Kongrey será un proceso largo y complejo, que requerirá un esfuerzo coordinado entre el gobierno, las organizaciones humanitarias y la población en general.