La creciente tensión en Oriente Medio plantea serios desafíos a Israel, que se enfrenta a una potencial escasez de misiles interceptores y a la posibilidad de que sus defensas sean superadas.

Este escenario preocupante ha sido alertado por expertos como Dana Stroul, ex alto funcionario de defensa estadounidense, quien sostiene que un ataque simultáneo de Hezbolá e Irán podría abrumar las capacidades defensivas del país hebreo en su estado actual.

Las líneas de producción israelíes trabajan a máxima capacidad para paliar esta escasez, implementando turnos triples para mantener el ritmo de fabricación de los interceptores Arrow, vitales para el sistema de defensa antimisiles conocido como Cúpula de Hierro.

Boaz Levy, director ejecutivo de Israel Aerospace Industries, fabricante estatal de estos misiles, ha reconocido públicamente la necesidad urgente de reposición de existencias en medio de una producción masiva para hacer frente a la escalada del conflicto.

La eficacia de la Cúpula de Hierro se ha evidenciado en recientes eventos como el ataque iraní de abril, donde logró interceptar el 99% de los misiles balísticos, drones y cruceros lanzados.

Desde la incursión israelí en Líbano, los impactos de proyectiles contra territorio israelí se han multiplicado, lo que pone en relieve la vulnerabilidad del sistema frente a una intensificación del conflicto.

Estados Unidos ha reafirmado su compromiso con Israel, anunciando apoyo tanto para su ofensiva como para su defensa ante Irán.

La línea roja establecida por Washington es que el Ejército israelí no ataque instalaciones nucleares ni petrolíferas iraníes, un límite que el primer ministro Benjamin Netanyahu parece dispuesto a respetar al enfocar sus ataques en infraestructuras militares.

La capacidad de Estados Unidos para sostener este apoyo indefinidamente está llegando a un punto crítico, según Dana Stroul.

El gobierno estadounidense se enfrenta a un dilema al tener que equilibrar su compromiso con Israel y Ucrania en medio de una demanda creciente de recursos.

Recientemente, Estados Unidos ha enviado provisionalmente el sistema antiaéreo avanzado THAAD a Israel para reforzar sus defensas ante el lanzamiento de misiles balísticos desde Irán.

La situación actual presenta un panorama complejo y lleno de incertidumbres.La escasez de interceptores israelíes, la amenaza inminente de ataques de Hezbolá e Irán, y los límites del apoyo estadounidense crean una atmósfera de tensión que podría tener repercusiones profundas en la estabilidad regional.