La salud mental se ha convertido en un tema de creciente preocupación en Argentina, con expertos alertando sobre la alarmante estadística de que uno de cada tres argentinos podría desarrollar un trastorno psicológico a lo largo de su vida.

Esta problemática cobra especial relevancia en el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado en octubre, y pone en evidencia la necesidad de una atención más integral al bienestar emocional de la población.

Rodrigo Albornoz, licenciado en Psicología y miembro de una consultora especializada en salud mental, señala que existe un consenso general dentro de la comunidad médica sobre la importancia de este tema, pero su visibilidad suele aumentar solo cuando surge algún evento significativo.

Albornoz enfatiza la necesidad de promover hábitos y actitudes saludables para prevenir problemas de salud mental a largo plazo.

Las cifras respaldan esta preocupación.Un estudio realizado en 2018 reveló que las mujeres son más propensas a experimentar depresión, mientras que los hombres tienen mayor riesgo de desarrollar adicciones.

La población joven, entre los 18 y los 25 años, también se encuentra en una situación vulnerable.

En adolescentes, el suicidio es la segunda causa de muerte, solo superado por los accidentes de tránsito.

En este contexto, Albornoz destaca la importancia de implementar políticas públicas que aborden los factores de riesgo asociados a la salud mental, como el estrés laboral, la pobreza y la falta de acceso a recursos educativos y de salud.

Si bien no se puede erradicar por completo la posibilidad de padecer trastornos mentales, afirma, es posible reducir su impacto mediante estrategias de prevención, sensibilización y desnaturalización de ciertas conductas o creencias.

La pandemia ha exacerbado esta problemática.Albornoz señala que el encierro, el aumento del uso de las redes sociales, el consumo de sustancias y la incertidumbre económica han contribuido a un aumento significativo en los casos de ansiedad, depresión y adicciones.

Denuncia que muchos servicios de salud no brindan atención adecuada a las necesidades de las personas con trastornos mentales.

A veces, se trata solo el síntoma físico, sin atender la problemática psicológica subyacente, afirma.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que dos tercios de los individuos diagnosticados con trastornos mentales no reciben ningún tipo de tratamiento.

De aquellos que sí lo hacen, la mayoría se encuentran internados en hospitales psiquiátricos, lo cual puede generar dependencia e incluso viola sus derechos humanos.

En Argentina, se busca avanzar hacia un modelo de atención basado en la inclusión y la reintegración social de las personas con problemas de salud mental.

Se trabaja en la transición de los modelos tradicionales de tratamiento hospitalario a dispositivos comunitarios que brinden apoyo personalizado y promuevan la autonomía.

La discriminación hacia quienes sufren trastornos mentales es otro obstáculo importante. Es fundamental cambiar esta actitud para que puedan integrarse plenamente en la sociedad.