La ciudad de Salta se vistió de devoción este fin de semana con la llegada de miles de peregrinos provenientes de la Puna, quienes tras una larga y agotadora jornada, llegaron al corazón religioso de la provincia.

Monseñor Dante Bernacki, guía espiritual de esta peregrinación, fue recibido con la misma fervor que caracteriza a este evento anual, convirtiéndolo en un espectáculo emotivo que se repite cada año pero nunca deja de conmover.

Es imposible no conmoverse al ver llegar a los peregrinos de la Puna, manifestó el periodista Javier Rueda, quien ha documentado esta tradición por años.

Con sus rostros gastados por el clima, sus prendas grises de tierra, las lágrimas que dejan huellas marcadas en sus rostros y con la oración y el agradecimiento por haberlo logrado, por haber llegado un año más.

Esta vez, la peregrinación contó con 17 mil participantes, un número considerable que superó los pronósticos.

Los peregrinos, quienes recorren kilómetros a pie bajo el sol abrasador de la Puna, llegaron cargando no solo su fe sino también las oraciones y esperanzas de sus familias y comunidades.

Cada oración llega con renovada fe y devoción, acompañada de nuevas lágrimas, expresó Rueda.
El recorrido se convierte en un acto de sacrificio que refleja la profunda conexión entre los habitantes de la Puna y su patrono, el Señor y la Virgen del Milagro.

La jornada culminó con una celebración religiosa en la Catedral de Salta, donde los peregrinos entregaron sus plegarias y renovaron su compromiso de fe.

Monseñor Jorge García Cuerva, quien viajó desde Buenos Aires para presenciar este evento, destacó la experiencia única que supone cruzar cerros y planicies durante días para llegar hasta la Catedral, solo para dar testimonio de su fe.

La llegada de los peregrinos no solo es un acto religioso, sino también una oportunidad para fortalecer las lazos sociales y culturales entre los habitantes de Salta y la Puna.

La ciudad se llena de música, danza y alegría en una atmósfera única que celebra la tradición y la fe.