La ciudad de Salta vibra con una profunda devoción.Miles de peregrinos provenientes de diversos puntos del país, atraídos por la fe y la esperanza, convergen hacia la Catedral para rendir homenaje al Señor y la Virgen del Milagro, santos patronos de la región.

Este año, como en años anteriores, la peregrinación se ha convertido en una experiencia emotiva que trasciende las fronteras físicas.

La imagen de los peregrinos caminando durante kilómetros bajo el sol abrasador y la lluvia, con cansancio en sus rostros pero con una sonrisa iluminando sus corazones, es un testimonio palpable de su compromiso con la fe.

Cada paso que damos hacia la Catedral es un paso más cerca de Dios, afirma María, una peregrina proveniente de la provincia de Jujuy.

Es una experiencia única, llena de emoción y gratitud.
La Plaza 9 de Julio se convierte en un escenario vibrante donde se mezclan cantos religiosos, oraciones fervorosas y lágrimas de alegría.

El encuentro con el sacerdote y la bendición del Señor y la Virgen del Milagro son momentos culminantes para los fieles que buscan consuelo, fortaleza o simplemente agradecer por las bendiciones recibidas.

Esta tradición ancestral nos une como pueblo, menciona el Padre Carlos, párroco de la Catedral.La fe en los Santos Patronos es una fuente inagotable de esperanza y resiliencia, especialmente en momentos difíciles.

El padre destaca que la peregrinación no solo es un acto religioso sino también una oportunidad para fortalecer los lazos sociales y recuperar las tradiciones culturales.

Esta mañana, entre las diversas delegaciones que han llegado a Salta, se encontraban peregrinos provenientes de Santa Victoria Oeste y niños del Cuerpo Infantil de la Policía de Salta.

Cada uno de ellos porta consigo una historia única, pero todos comparten un mismo propósito: celebrar su fe y rendir homenaje a los Santos Patronos.

El próximo 15 de septiembre, el pueblo salteño celebrará con fervor la procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro, renovando así el compromiso ancestral que une a la comunidad con sus patronos.

La ciudad se preparará para recibir a miles de personas que participarán en este evento religioso, convirtiendo a Salta en un espacio de fe, esperanza y devoción.