Derivada de la planta Salvia hispanica, miembro de la familia de la menta originaria de Centroamérica, la semilla de chía ha sido parte esencial de la dieta humana durante más de cinco mil años.

Para los antiguos aztecas y mayas era un alimento básico, y en la actualidad es considerada un superalimento por su elevado valor nutricional.

Su capacidad para absorber hasta doce veces su peso en agua, formando un gel, la convierte en un aliado invaluable para mantener la hidratación y facilitar la digestión.

La versatilidad de las semillas de chía permite incorporarlas a diversos platillos: crudas, mezcladas en yogur, batidos, ensaladas, panes y postres, incluso en aguas como la popular agua de chía con limón.

A pesar de sus múltiples beneficios, el consumo de semillas de chía no es recomendable para todas las personas.

Es crucial consultar con un médico antes de incluirlas en la dieta, especialmente si se están siguiendo tratamientos farmacológicos o se presentan trastornos digestivos.

Interacciones con medicamentos:

La revista Nutrition Review advierte sobre el riesgo de hipoglucemia en pacientes diabéticos tipo 2 que consumen semillas de chía.

Si bien estas pueden ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre, su ingesta excesiva podría interferir con los medicamentos utilizados para tratar la enfermedad.

Un fenómeno similar ocurre en personas que toman medicamentos para la presión arterial.Las propiedades hipotensoras de las semillas de chía podrían ser contraproducentes para quienes ya toman antihipertensivos, llevando a una presión arterial demasiado baja.

La consulta médica previa es indispensable para evitar este riesgo.

Las personas que consumen anticoagulantes o antiplaquetarios también deben tener precaución con el consumo de chía, ya que esta puede ejercer un efecto anticoagulante moderado.

Efectos digestivos:

Su alto contenido en fibra puede desencadenar problemas digestivos en personas con antecedentes de trastornos gastrointestinales.

Hinchazón, gases y diarrea son algunos de los síntomas que pueden manifestarse, especialmente si se consumen grandes cantidades.

Recomendaciones: Los expertos de Mayo Clinic sugieren consumir entre 10 y 15 gramos de semillas al día, equivalentes a dos cucharadas.

La Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard destaca la riqueza en nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede sintetizar por sí mismo, fundamentales para el crecimiento y reparación celular.

Las semillas de chía son abundantes en antioxidantes como compuestos fenólicos, flavonoides, ácido cafeico, ácido clorogénico, miricetina, quercetina y kaempferol, según detalla el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Argentino (INTA).

Estos antioxidantes combaten los radicales libres, previniendo el envejecimiento celular, protegiendo las membranas celulares y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.

Si bien las semillas de chía ofrecen numerosos beneficios para la salud, es crucial consultar con un médico antes de su consumo para evitar posibles interacciones negativas con medicamentos o problemas digestivos.