La operación humanitaria de la ONU en la Franja de Gaza enfrenta una grave dificultad debido a las recientes órdenes de evacuación israelíes que afectan directamente los centros de asistencia que proveen ayuda vital a miles de palestinos.
Las nuevas restricciones impuestas en Deir Al-Balah, ubicada a 14 kilómetros al sur de Gaza, han obligado a la ONU a pausar gran parte de sus actividades.
Inicialmente, un alto funcionario de la organización indicó una suspensión total de las operaciones, aunque posteriormente aclaró que se mantiene asistencia in situ e integrada con la población local.
Stéphanie Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, explicó que la principal sede de ayuda en Deir Al-Balah está afectada por el desplazamiento forzoso anunciado.
Al igual que la población local, el personal humanitario de la ONU se desplaza, precisó Dujarric, lamentando la situación crítica del enclave: La ayuda es una mitad de una gota en un barril.
La agencia humanitaria contaba con quince instalaciones y cuatro almacenes en la ciudad y sus alrededores, áreas ahora incluidas en las nuevas órdenes de evacuación del Ejército israelí.
Sam Rose, subdirector de campo de la agencia de la ONU para territorios palestinos UNRWA, añadió que los servicios sanitarios continúan en ocho o nueve centros de atención primaria y en 90 puntos de salud, pero reconoció el impacto devastador de las recientes acciones: En las últimas dos semanas, las órdenes de evacuación israelíes han aumentado, reduciendo la superficie habitable de Gaza al 11%, gran parte del cual no es apta para vivir.
Cientos de miles de personas se han desplazado una vez más.
El subdirector de UNRWA lamentó que el espacio y la capacidad del sistema humanitario para operar en Gaza se están volviendo cada vez más difíciles: No podemos cumplir con las condiciones en las que nos encontramos.
Entre los lugares más afectados por las evacuaciones forzadas se encuentra el hospital Al Aqsa, en el centro de Gaza, sobrepasado por la atención de toda la región y utilizado como refugio para miles de residentes desplazados.
El ministerio de Salud de Gaza ha pedido a la comunidad internacional que proteja a los más de 100 pacientes con graves dificultades para ser evacuados, así como al equipo médico que los atiende.
Las órdenes de desplazamiento también han interrumpido una importante operación de vacunación de la ONU que buscaba proteger a más de 600.000 niños en Gaza ante el temor de la propagación del virus de la polio.
Louise Wateridge, oficial de UNRWA, describió la situación con contundencia: Estamos en la zona central de la Franja de Gaza; solo podemos decir que es simplemente catastrófica.
Los bombardeos, el bloqueo a la entrada de ayuda y suministros al enclave junto con las evacuaciones forzosas impiden que las organizaciones humanitarias puedan atender a la población afectada.
La UNRWA ha denunciado la falta de lugares seguros para prestar asistencia, a pesar de compartir las coordenadas de sus operaciones con las autoridades israelíes diariamente.
Desde el inicio del conflicto en octubre, 207 miembros del personal de la UNRWA han muerto en bombardeos del ejército israelí.
En casi once meses de guerra, más de 40.000 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y niños, y el 90% de la población, 2,1 millones de habitantes, se ha visto obligada a desplazarse a otros lugares del enclave.