Un nuevo estudio revela que los glaciares de la Antártida Oriental han mantenido su masa y tamaño relativamente estables durante las últimas ocho décadas, desafiando las tendencias generales de derretimiento observadas en otras regiones del continente.

Los investigadores, utilizando fotografías aéreas históricas combinadas con datos satelitales modernos, reconstruyeron el comportamiento de estos glaciares a lo largo de casi un siglo, descubriendo que no solo se mantuvieron estables sino que incluso experimentaron un ligero crecimiento durante los últimos 85 años.

Este hallazgo contrasta con las alarmantes noticias sobre el derretimiento acelerado de los glaciares en otras partes del mundo, ofreciendo una perspectiva alentadora en medio de la preocupación por el cambio climático.

Constantemente escuchamos sobre el cambio climático y nuevos récords de derretimiento, afirma Mads Dømgaard, autor principal del estudio.

Es reconfortante observar un área de glaciares que se ha mantenido estable durante casi un siglo.Sin embargo, Dømgaard también advierte sobre los primeros signos de cambios en el hielo marino frente a estos glaciares, lo que podría indicar una posible vulnerabilidad futura.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista , analizó 165 fotografías aéreas tomadas entre 1950 y 1974 y las comparó con imágenes satelitales contemporáneas.

Esta combinación única de datos históricos y modernos permitió a los investigadores reconstruir el comportamiento del flujo de hielo en diferentes períodos, revelando una notable estabilidad a largo plazo.

Las primeras observaciones de los glaciares son extremadamente valiosas porque nos brindan una visión única de cómo ha evolucionado el hielo a través de un clima variable, explica Dømgaard.

Los datos sólidos y a largo plazo son cruciales para producir predicciones precisas sobre la futura evolución de los glaciares y el aumento del nivel del mar.

Este hallazgo, aunque alentador, no minimiza la importancia de comprender las causas del cambio climático global y su impacto en los ecosistemas árticos.

La Antártida Oriental, a pesar de su aparente estabilidad, también se verá afectada por los cambios globales en el clima.

El estudio resalta la necesidad de continuar monitoreando estos glaciares con detenimiento para comprender mejor su comportamiento a largo plazo y prever cualquier posible cambio futuro.