Un estudio pionero realizado por ginecólogos del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona ha desvelado que el principal factor responsable de las alteraciones menstruales sufridas por numerosas mujeres durante la pandemia fue el estrés generado por el confinamiento, y no la enfermedad en sí misma.

El estudio, el primero que investiga la relación entre la salud mental y los desequilibrios del ciclo menstrual durante los primeros meses de la pandemia, se basó en encuestas a más de 4.900 mujeres españolas de entre 15 y 55 años que no habían contraído Covid-19.

Los resultados mostraron que el 92,3% de las participantes experimentó al menos una menstruación durante el confinamiento, mientras que el 7,7% presentó amenorrea (ausencia de menstruación).

El análisis reveló que los cambios en el estado emocional, como la ansiedad y el estrés, tuvieron un impacto significativo en los trastornos menstruales, más allá de la duración del aislamiento o la exposición al virus.

Nos interesamos por esta cuestión tras observar en los medios información sobre alteraciones menstruales sin respaldo científico, explica el doctor Joaquim Calaf, uno de los responsables del informe, quien destaca que para garantizar la precisión de los resultados se entrevistó exclusivamente a mujeres que no habían padecido Covid ni utilizaban anticonceptivos.

El estudio también reveló que el 50,1% de las mujeres experimentó una disminución en su calidad de vida durante el confinamiento, mientras que el 41,3% la mantuvo igual y el 8,7% la vio mejorada.

Se observó una disminución en la actividad sexual en el 49,8% de las participantes, un porcentaje similar al que mantuvo su nivel habitual (40,7%), mientras que solo el 9,5% experimentó un aumento.

Estos hallazgos resaltan la profunda conexión entre la salud mental y la salud reproductiva femenina, así como la importancia de abordar el estrés y la ansiedad como factores determinantes en la regulación del ciclo menstrual.

El estudio abre nuevas vías para la investigación y la atención médica, enfatizando la necesidad de brindar apoyo psicológico a las mujeres que experimenten trastornos menstruales durante situaciones de crisis o estrés.